Maestros en la absorción y mezcla de géneros, principalmente del continente americano, y cada vez más acomodados en las tradicionales estructuras del pop, Calexico presentan una nueva muestra del excelente pulso que tan buenos resultados les dio con Algiers (2012) tras un par de discos titubeantes.
El polvo y el calor no ocultan la elegancia de las composiciones de esta banda, que nacen de un trayecto opuesto al habitual de la colonización cultural en el que Norteamérica se deja conquistar por los ritmos latinos. El resultado es una propuesta única de delicadas interpretaciones con sabor sureño y fronterizo que se mueven en un espacio y un tiempo muy evocadores. A ello hay que añadir los excelentes músicos que componen la banda, con Burns y Convertino a la cabeza, además de las extraordinarias colaboraciones recabadas para este álbum.
El disco lo abre con optimismo Falling from the Sky y sus preciosas guitarras y vientos mexicanos y con Ben Bridwell (Band of Horses) a los coros. Le sigue el blues de Bullets & Rocks en la que Sam Beam (Iron & Wine) completa un bonito juego de voces. Retoman los aires country de sus inicios, pedal steel y armónica al frente en When the Angels Played, al igual que en los también reconocibles vientos y cuerdas de Miles from the Sea. Protagonista destacada de la sencilla Tapping on the Line es la voz de Neko Case antes de que se hagan más evidentes los ritmos latinos en la salsa con ligeros toques electrónicos en Cumbia de Donde, con la ya habitual aportación de Amparo Sánchez, o en los mariachis de la instrumental Coyoacán. El medio tiempo Beneath the City of Dreams también incluye vientos y ritmos mariachis.
Empieza a ser habitual la introducción de un vals animoso en sus discos, en este caso en una efectiva fusión con el country de Woodshed Waltz, le siguen el ligero aire jamaicano de Moon Never Rises, en la que colabora la joven mexicana Carla Morrison, y la ambiental de inequívocos aires sureños World Undone. El precioso cierre lo pone Follow the River, con la destacada colaboración a los coros de Nick Urata (Devotchka).
Después de una inteligente y paulatina evolución que ha revitalizado su propuesta y les ha acercado a una mayor audiencia, Calexico parecen sentirse nuevamente cómodos en su piel y vuelven a entregar grandes canciones sin renunciar al genuino sonido que les condujo al éxito. En definitiva, se confirma con este disco que están en plena forma y nosotros de enhorabuena por ello.