El último disco de estudio de The White Stripes, Icky Thump, cumple diez años, pero entonces no sabíamos que iba a serlo. En 2007, The White Stripes eran una de las bandas más grandes del Rock & Roll, consolidados como referentes sin discusión. The Strokes, que aparecieron en el mapa más o menos a la vez que Jack y Meg White, no habían podido demostrar con sus siguientes entregas lo que mostraron en su debut Is This It (2001), y todavía Arcade Fire y Arctic Monkeys estaban en fase de crecimiento. The White Stripes llevaban ya una carrera extensa, una década de discos revisitando el Garage y el Blues desde Detroit con un Jack White que comenzaba a mostrar que el corsé de la banda se le quedaba corto, ya en 2006 había publicado el debut de The Raconteurs. Además, su música, aunque mantenía sus constantes, había ido complejizándose sin dejar de lado su minimalismo, guitarra y batería, y su dureza en el sonido. Recordemos que había sido su cuarto trabajo, Elephant (2003), el que había aupado al dúo a lo más alto y que ‘Seven Nation Army’ se convertiría en uno de los últimos himnos rockeros que alcanzó una difusión masiva, aunque también acabase convertido en otra cosa.
Tras Elephant, Jack y Meg no lo tenían fácil y publicaron en 2005 un más oscuro Get Behind Me Satan que, aunque no contaba con un Hit, tuvo una buena repercusión. Y no se quedaría atrás en 2007 este Icky Thump, un gran trabajo también que contaba con canciones sobresalientes, con Jack fraseando bastante y con un punto de barroquismo en no pocos riffs. ‘Icky Thump’ ya comenzaba con una fuerza inusitada, una canción que iba y volvía, con un punto estridente y con la batería de Meg a todo trapo. ‘You Don’t Know What Love Is (You Just Do As You’re Told)’ era más clásica, un sonido más pausado y con un estribillo más claro y definido. Por su parte, ‘300 M.P.H. Torrential Outpour Blues’ era un Blues cuasi pantanoso, sin dejar de lado una de las influencias más claras de The White Stripes. Siempre deudor de los orígenes, y reconociéndolo, Jack lo daba todo en la versión de ‘Conquest’ de Corky Robbins que había popularizado Patti Page, en los cincuenta, sorprendiendo con esa trompeta taurina. En ‘Bone Broke’ el peso se lo lleva el Garage, siendo uno de mis temas favoritos del disco y donde el minimalismo de la propuesta también queda evidente, con ese diálogo entre la guitarra y la batería. Sorprende el giro con las gaitas y el sonido Folk irlandés de ‘Prickly Thorn, But Sweetly Worn’, que funciona muy bien, que enlaza con la locura de sonidos que montan en ‘St. Andrew (This Battle is in the Air)’.
‘Little Cream Soda’ comienza con un toque marcial y no deja la contundencia para continuar con una maravilla de Rock garajero marca de la casa en ‘Rag and Bone’, con un fraseo de Jack, siendo la penúltima gran canción del disco. A continuación llegan las notables ‘I’m Slowly Turning Into You’, otro tema de corte más barroco y donde Jack vuelve a hacer gala de su virtuosismo; ‘A Martyr For My Love To You’, un medio tiempo dentro de lo posible en la propuesta de The White Stripes; y ‘Catch Hell Blues’, con un inicio en el Blues que deriva en una tormenta de distorsión. El final sorprende de nuevo con un tema más liviano, basado en las acústicas, como es ‘Effect and Cause’, que es también una maravilla.
Entonces, como decía, no sabíamos que iba a ser el último disco de The White Stripes. Ya en septiembre, Meg anunció que el concierto que acababan de finalizar sería el último del dúo, que tuvo que cancelar el resto de la gira. Desde entonces, aunque habría alguna actuación televisiva, Jack se centraría en otros proyectos (los ya citados The Raconteurs, The Dead Weather, sus producciones, etc.) mientras que The White Stripes entraban en el limbo. En 2010 publicaron un recomendable directo, Under Great White Northern Lights, donde prevalecían los temas de sus últimos trabajos. Finalmente, en 2011 anunciaban que The White Stripes se separaban definitivamente, con declaraciones un tanto ambiguas sobre los motivos. A partir de ese momento, y con Meg desaparecida del mapa, Jack White se consolidó como uno de los grandes iconos del Rock & Roll actual. Una carrera en solitario de dos discos hasta la fecha, una apuesta decidida por The Dead Weather, mientras continuaba produciendo y grabando en su estudio de Third Man en Nashville. Pero The White Stripes siempre será el proyecto más recordado de Jack White, un dúo que revitalizó el Rock & Roll desde el revisionismo, la principal crítica que se les ha realizado, y lo hicieron con clase, elegancia y contundencia, y con un gran directo.