Décimo disco de los valencianos La Habitación Roja, una banda que lleva una carrera consolidada y que desde que se inicio la década en la que nos encontramos sumó dos discos que supusieron un salto muy importante como fueron Universal (2010) y, especialmente, Fue eléctrico (2012). Antes, habían atesorado un gran prestigio en ese mundo denominado ‘indie’, pero con estos dos discos se situaron a la altura de popularidad de gente que también venía de atrás (Love Of Lesbian, Sidonie) y de bandas recientes (Vetusta Morla, Lori Meyers, Dorian). Sagrado Corazón sigue el camino trazado por su trabajo anterior, La moneda en el aire (2014), pero añade toques más electrónicos en algunos de los temas. Sin embargo, lo que no faltan son las letras con ese aire de melancolía e introspección de Jorge Martí, incluso en esos temas más alegres y festivos queda ese poso.
Las tres primeras canciones ahondan en ese terreno, unas bases muy electrónicas que pueden sorprender en una primera escucha, pero que luego van funcionando, como sin duda lo harán en directo. En ‘L’Albufera’, y especialmente, en ‘Nuestro momento’ con ese giro en la mitad del tema, la apuesta sale adelante, menos posiblemente en ‘You Gotta Be Cool’, un tema que nos queda algo machacón. Pero el giro a esos lugares más comunes de La Habitación Roja se produce con dos medios tiempos, ‘Volverás a brillar’ y ‘Al querer’. El primero es épico y melancólico con ese estribillo, sus coros y guitarras. En el segundo se acrecienta el ya mencionado tono épico con una producción acertada, aquí a través de las cuerdas, y con una de las letras más interesantes.
La segunda parte del disco se inicia con ‘La deriva continental’, que recupera esa parte más bailable pero para una letra amarga, y la canción funciona muy bien. En ‘La vida es muy corta’ la apuesta es más guitarrera y ecléctica y otro de los momentos más interesantes es el dúo con Zahara, una canción triste y melancólica, pura joya Pop. El final es para ‘Sombras en la oscuridad’, que al principio no acaba de encajar pero va ganando con los pases del disco, y para el cierre ya volcado sobre la melancolía con otro medio tiempo como ‘Ahora todo es posible’, con una letra que deja un poso esperanzador, aunque no alcanza la altura de los temas anteriores de corte similar.
La Habitación Roja nos dejan un nuevo trabajo que si bien en algunos momentos peca de irregular, e incluso con el riesgo de esa deriva más electrónica, nos vuelven a mostrar que es una de las bandas más consolidadas e interesantes del panorama nacional, manteniendo un nivel notable.