El próximo 26 de agosto, Franz Ferdinand publican su cuarto disco de estudio y primero desde 2009, titulado «Right Thoughts, Right Words, Right Action». Y es que la banda escocesa ha contado con una carrera curiosa y muy medida, fruto de una gente que, seguramente, se han tomado las cosas con calma. Atrás queda la sensación de que fueron una de las grandes bandas de la década de 2000 y que, si no llegaron a más, fue porque no quisieron. Ahora que vuelven a la actualidad, recordamos la trayectoria de un grupo que ha creado dos discos sobresalientes, uno notable, y una importante cantidad de grandes canciones.
Pero situémonos en el contexto. Los primeros años de la década de 2000 ya nos mostraban que el mundo de la música estaba cambiando a pasos acelerados. La fragmentación de estilos, la búsqueda en el pasado de la inspiración, y la irrupción de Internet desbordaban todas las previsiones. Tampoco había motivos para ser muy optimista en el mundo del rock. Si The Strokes en 2001 nos habían puesto los dientes largos, su trayectoria posterior les ha dejado para el arrastre. Pero, en Detroit una banda ya veterana iba a coger su testigo y con «Elephant» (2003), The White Stripes ocupaban una posición privilegiada.
La industria musical británica no se iba a quedar atrás y postularon un segundo advenimiento del Brit Pop de los 90. La batalla había dejado a unos Oasis sin inspiración, a Blur, Suede y Pulp prácticamente desaparecidos, y a otro montón de bandas olvidadas. Uniendo a los dos momentos, Coldplay y Muse ya emergían a varios cuerpos de ventaja. Y en estas que comienzan a surgir nuevos grupos que mezclan inspiración punk, de la new wave, y muchas guitarras para bailar. Son los años de los efímeros The Libertines, Bloc Party, Kaiser Chiefs, Kasabian y, por encima de todos ellos, Franz Ferdinand.
Hay que admitirlo, había que tener mucho valor para llamarse como el Archiduque cuyo asesinato detonó la I Guerra Mundial. Y también les daba a Alex Kapranos, Nick McCarthy, Robert Hardy y Paul Thomson un punto snobista. Además, no eran unos chavales, de hecho, cuando triunfan, Kapranos y McCarthy, cabezas pensantes de la banda, están pasando la frontera de la treintena.
Es 2004 y aparece el primer disco, el homónimo «Franz Ferdinand», con su icónica portada, se nota que proceden del mundo de las Bellas Artes. En ese momento, las canciones de Franz Ferdinand conquistan a crítica y público y se convierten en la banda del momento y en la gran esperanza del rock. The White Stripes no están solos y, en unos pocos meses, se añadirán a ellos los canadienses Arcade Fire y los también británicos e imberbes Artic Monkeys. Pero eran Franz Ferdinand los dominadores de la escena con un disco imbatible, un disco que merece estar en todas las listas de la década de 2000 con una serie de hits tan inmensa que prácticamente todas las canciones del disco son susceptibles de ser singles. Pero destacaban «The Dark of the Matinée», «Take Me Out», «Michael», «Darts of Pleasure», «This Fire» y «Jaqueline». Casi nada, y el resto de canciones no se quedaban atrás. En esos meses, las canciones de Franz Ferdinand estaban de moda, se bailaban en los bares, y hasta U2 se los llevaban de teloneros en su «Vertigo Tour».
Lejos de perder la cabeza, Franz Ferdinand fueron sumando puntos, encabezando festivales, y haciendo gala de un gran directo, y comenzaron a preparar el siempre complicado segundo disco. Si para cualquier grupo que triunfa este momento se hace muy cuesta arriba, imaginaros para unos tipos que habían facturado un debut tan colosal. Pero no, en 2005 salió «You Could Have It So Much Better», y de nuevo se ganaron a crítica y público. El disco en menos bailable que «Franz Ferdinand» y cuenta con canciones más variadas, así como con medios tiempos, pero también es muy bueno. Temas como «Do You Want To», «The Fallen», «You’re the Reason I’m Leaving», «What You Meant» o la beatleliana «Eleanor Put Your Boots On» son sólo una muestra de la evolución de Franz Ferdinand, sin perder sus señas de identidad. La prueba estaba superada con creces, mientras que Franz Ferdinand iban dejando atrás a los compañeros de generación del nuevo Brit Pop, así como a otros competidores como The Killers, Kings Of Leon, etc.
Franz Ferdinand seguían triunfando en directo y pasaban los meses y los años. Las noticias sobre ellos estaban más centradas en la dedicación a la crítica culinaria de Kapranos que en un supuesto tercer disco. La banda iba quedando un tanto en el olvido, mientras que de la segunda oleada del Brit Pop no quedaba apenas nada. Franz Ferdinand parecían haberse esfumado, pero no había noticias de rupturas, tensiones o parones. Sin embargo, en 2009 llegó el ansiado tercer largo, «Tonight: Franz Ferdinand», ya menor en comparación con los dos primeros, recuperando los patrones más bailables e incorporando otros de mayor riesgo. La crítica no se mostró tan entusiasta, aunque en general fue positiva, y sus ventas tampoco llegaron a los niveles de los anteriores. «Lucid Dreams», «Ulysses», «No You Girls», «Can’t Stop Feeling» y «What She Came For» fueron sus singles. Además, en su línea experimental, jugaron con el Dub remezclando algunas de las canciones de «Tonight: Franz Ferdinand» en «Blood: Franz Ferdinand».
El parón había sido importante, pero volvería a repetirse y más de cuatro años después, a finales de agosto como hemos señalado, aparecerá el cuarto disco de Franz Ferdinand. Durante estos años, la banda había seguido tocando en directo, Alex Kapranos escribiendo sobre cocina, y los fans esperando novedades que no llegaban. Así, Franz Ferdinand iban cayendo cada vez más en un recuerdo lejano para el gran público. Pero la espera ha tenido su recompensa y ya han presentado dos nuevas canciones de adelanto, «Right Action» y «Love Illumination», que nos devuelven en cierto sentido a los orígenes del grupo. Otra cosa es que puedan encajar en este periodo casi una década después, pero creemos que eso a Franz Ferdinand no les importa mucho, de otra manera no se explicarían estos lapsus entre las dos últimas novedades. Celebramos la vuelta de Franz Ferdinand, uno de los grandes grupos de la década de 2000, de regreso con «Right Action», una banda que se lo ha tomado con calma pero que seguro no nos deja indiferentes.