El grupo valenciano Los Zigarros han publicado su tercer disco, bajo el explícito título de Apaga la radio. Convertidos en uno de los referentes del Rock ‘N’ Roll nacional, siguiendo la estela de Burning, M Clan, etc., Los Zigarros han apostado en su tercera entrega por un trabajo guitarrero pero con unas letras que muestran también un elevado presentismo y un estado de ánimo sobre la situación actual. Que nadie piense que es un disco político, no, no es eso, pero sí que hay un retrato generacional y una cierta visión de la realidad. Los hermanos Ovidi y Álvaro Tormo, que encabezan la banda, junto a Natxo Tamarit al bajo y Adrián Tabes a la batería, traen un disco rockero y guitarrero, producido por Carlos Raya (M-Clan, Quique González, etc.), que también aporta ese estilo tan inconfundible. Es un disco que entra desde el primer momento, con canciones muy adictivas, pero al que también le falta algo, posiblemente una mayor profundidad o algunas letras que flojean. Sin embargo, estas cuestiones se ven superadas por la actitud y por una contundencia que se echa de menos en el panorama nacional actual.
«La trampa» es un comienzo corto, un medio tiempo que casi funcionaría más como una introducción, con un tono acústico que no aparecerá en todo el disco. «Apaga la radio» entra a cuchillo, es un tema muy rockero que critica las tendencias actuales musicales y el papel del Rock ‘N’ en la escena actual, con riffs potentes y estribillos contagiosos. «Mis amigos» es una versión de la banda de Portugalete The Flying Rebollos, en cuya versión original de finales de los noventa colaboraron Robe Iniesta (Extremoduro) y Fito Cabrales. Es una canción también muy rockera y con una letra que no ha perdido vigencia, llamando un poco a ese «lado oscuro» y «canallesco». Llega el turno para «Listos para el despegue», aquí Los Zigarros endurecen su sonido y logran una canción que impacta, para mí el mejor momento de todo el disco, con la base rítmica adquiriendo un nuevo protagonismo. En cuanto a «Malas decisiones», Rock con reminiscencias de Burning pero que cae en el tópico y en los lugares comunes.
En «Queda muy poco de mí» es una de las canciones donde se nota el toque de Raya, una canción que gana con las escuchas. «No sé lo que me pasa» cuenta con un toque más clásico, ese Boogie Rock, pero pierde por una letra que se queda a medio camino. En «Con las manos rotas» se acercan a un tono más melancólico, es una canción que funciona muy bien, una de las vías que exploran menos en el disco. Las dos canciones del final tienen un punto más cercano a M Clan, comenzando con «Con un solo movimiento» que apuesta por lugares comunes, esos coros del final, adoptando un tono incluso nostálgico, y la más pesada y contundente «Espixas» que convence más, con unas guitarras de nuevo en primera línea.
Buen disco de Los Zigarros aunque te quedas con la impresión de que podían haber llegado un punto más lejos. Hay canciones muy atractivas y seguro que los disfrutamos en el Ezcaray Fest el 20 de julio en la tercera edición de este festival.