Kendrick Lamar es una de las figuras más importantes del Hip Hop actual, de eso no cabe ninguna duda tras sus anteriores trabajos. Con DAMN. no ha bajado el nivel, al contrario, se consolida y diversifica su estilo con un trabajo que entra desde la primera escucha y que te va conquistando. De Compton (California), lo teníamos en nuestra lista de artistas pendientes, especialmente con su tercer disco, el aclamadísimo To Pimp a Butterfly (2015) en el que a través de poderosos temas con ‘King Kunta’ era capaz de llevar el Hip Hop a otra dimensión. También con letras poderosas y reivindicativas, el siguiente paso, tras el recopilatorio de demos que fue Untitled Unmastered (2016), era complicado pero Lamar ha conseguido firmar un excelente DAMN. que puede convencer hasta los no aficionados al Hip Hop. Nosotros no somos expertos en este género pero hemos disfrutado de muchos artistas y discos del mismo, y no cabe duda de que Lamar, como decíamos al comienzo, es uno de sus referentes actuales. DAMN. es un disco que también va a descubrir otros matices de Lamar, además de profundizar en el Trap con esas presencias electrónicas, o en toques más sutiles de Neo Soul, e incluso con algunos puntos jazzísticos, junto con algunas colaboraciones de altura y sorprendentes. Es un disco que tampoco deja respiro y que con las escuchas te permite descubrir más matices. También habría que profundizar en unas letras que promete.
‘Blood’ es un comienzo fantástico, breve y con esa instrumentación, una melodía que deriva hacia el Soul, muy ambiental. Pero el giro que da con la tremenda, contundente y durísima ‘DNA’ te deja clavado, ese punto electrónico y con Lamar saliéndose literalmente de la canción. Pero en ‘Yah’ retorna a sonidos más melódicos y nos regala un medio tiempo fascinante, senda por la que se mantiene en la también destacada ‘Element’, un tema también accesible, con un fraseo de Lamar fantástico y un estribillo a la altura, por cierto una canción que firma también James Blake. Y con ‘Feel’ sigue la fiesta, una canción donde Lamar se impone de nuevo con fuerza con una base muy bien construida. En ‘Loyalty’ cuenta con Rihanna, un tema diferente que funciona, un medio tiempo donde samplea el ’24K Magic’ de Bruno Mars, lo que demuestra la amplitud de miras de Lamar. ‘Pride’ también es otra de las mejores canciones de todo el disco, con ese comienzo de nuevo melódico, con una cadencia muy del Neo Soul, un tema emotivo y emocionante.
Con una primera parte del disco tan potente, en la segunda no va a bajar el ritmo, y lo demuestra con la vuelta a sonidos más electrónicos en la arrolladora ‘Humble’, un tema que está en la senda de ‘DNA’. En ‘Lust’ aparecen varias voces, y también hay presencia de sonidos electrónicos, mientras que ‘Love’ es un retorno al Neo Soul, una canción con un tono más melódico y en el que colabora Zacari, combinándose las dos voces. Una de las grandes sorpresas del disco ha sido la colaboración de U2 en un tema tan ecléctico como ‘XXX’, donde Bono y compañía quedan en un segundo plano frente a Lamar, y en el que hay sonidos que van desde el Jazz hasta los más característicos del Hip Hop. Muy atractivo también es ‘Fear’, con ese toque sutil de guitarra, mientras que el final rebaja un poco el nivel, no mucho tampoco, con ‘God’, en el que Lamar casi canta en un medio tiempo con tintes electrónicos, y en la ecléctica ‘Duckworth’ que suena casi como a un resumen del disco por todos los palos que va tocando.
Tenemos que recuperar el tiempo perdido con respecto a Kendrick Lamar, este DAMN. nos ha impactado, así como incidir en sus letras. Lamar es un tipo inteligente que parece tener clara su dirección, en ocasiones también nos puede recordar a todo un Prince, y que no va a dejar de sorprendernos. Sin duda alguna, es uno de los mejores discos de 2017.