Hay formaciones que te ganan desde que las conoces, y The Mastersons es una de ellas. El dúo texano de Country-Folk formado por el matrimonio Chris Masterson y Eleanor Whitmore, e integrantes de la banda de Steve Earle, han publicado su tercer trabajo con el sugerente título de Transient Lullaby, en el que destilan de nuevo sus señas de identidad consolidadas en sus dos anteriores discos, de los que dimos cuenta en Los Restos del Concierto: Birds Fly South (2012) y Good Luck Charm (2014). En Transient Lullaby no vamos a encontrar giros estilísticos ni nuevas direcciones, al contrario, consolidan ese sonido que te cala desde la primera escucha con esas melodías, ese juego de voces aunque la de Whitmore se impone, esos violines, ese sabor de la música de raíces norteamericana que te transporta. Grabado en nuestra querida y añorada Austin (Texas), se les podrá acusar a The Mastersons de no salirse de una senda muy trazada, pero no importa, lo hacen de maravilla. Y también hay que destacar que no alcanzarán tampoco el reconocimiento que merecen, no importa.
La melancolía ya está muy presente en el comienzo del disco, ‘Perfect’ es un temazo con esas voces superpuestas, esa melodía y ese órgano de fondo que le da el contrapunto a la canción. En ‘Transient Lullaby’ cogen un camino más tradicional del Country, un tema triste donde la voz de Whitmore ya emociona. ‘You Could Be Wrong’ es inicialmente un medio tiempo menos logrado, más minimalista en su comienzo para luego avanzar con el juego de las dos voces, pero igual me deja frío. No ocurre con ‘Fight’, con ese inicio con la mandolina, una gran melodía pero sin dejar el poso melancólico. Y ‘Fire Scape’, canción armada desde las guitarras acústicas, emociona con su belleza. ‘Highway 1’ aparece como una gran continuación de la anterior, un tema más Folk y desnudo, la voz de Masterson es la que da comienzo a un tema donde también destaca el violín de Whitmore, que te conquista a la primera escucha y en la que el estribillo es para recordar.
La segunda parte del disco comienza con la más dinámica y con el sello de la casa ‘Don’t Tell Me to Smile’, con un toque más Rock y en el que de nuevo construyen un gran estribillo, siendo uno de los temas más pegadizos. ‘This Isn’t How It Was Supposed to Go’ me deja muy frío, tiene un aire muy de los 50, el Hammond queda muy bien pero a mí no me acaba de llegar. ‘Shine On’ es otra de las cimas del disco, canción con elementos más modernos, podría encajar en un disco de Lydia Loveless, con esas guitarras y una batería que se impone por primera vez en todo el disco. ‘Happy When I’m Movin» es lenta y muy desnuda, con el protagonismo para la voz de Masterson. Y el cierre es un regalo, que aparece como Bonus Track, ‘Anchor’, una maravilla con las voces de Whitmore y Masterson complementadas a la perfección, con ese punto acústico junto con el violín, una gozada y con una preciosa letra.
Claramente, The Mastersons no inventan nada nuevo pero sus discos son coherentes, homogéneos, no descienden de nivel, y son una maravilla. Hay que cuidar a formaciones como la que nos ocupa, todavía auténticos.