Bienvenidos a un caso de libro en el que el sentimiento supera a la razón, y no será porque no hubo pelea, algo…El caso es que en el calendario, un calendario horrible por la cantidad de novedades que hemos comentado, estaba apuntado el lanzamiento de Let’s Play Two, directo de Pearl Jam que, realmente, poco aporta más allá de que son Pearl Jam. Y allí estaba yo, tratando de convencerme de que no, que había muchas más novedades que caer en un nuevo directo de Pearl Jam, que ya teníamos el Live on Two Legs (1998), el intimista Live at Benaroya Hall (2004) y el Live on Ten Legs (2011). Y que Pearl Jam siempre han sido muy generosos con sus Bootlegs, ¿cómo olvidar el Azkena de 2006 del que tantas veces hemos hablado? Bueno, lo dicho, que allí estaba yo, pensando y diciéndome a mí mismo que tenía que ser racional, que no, que Let’s Play Two no aportaba nada y que, desde un punto de vista racional, tenía que guardarme los euros para otra novedad. Lo que pasó al segundo siguiente fue que el primer CD que cogí fue el Let’s Play Two y el sentimiento barrió a la razón lo que costó verlo en la hilera de novedades. Sí, se impuso la vena completista.
Let’s Play Two viene a ser parte de los dos conciertos que Pearl Jam dieron en mítico estadio de béisbol de los Chicago Cubs, el Wrigley Field, en agosto de 2016, una temporada que acabaron ganando los de Illinois en noviembre. La vinculación de Pearl Jam con los Cubs viene a través de Eddie Vedder, natural de una localidad del área metropolitana de Chicago, habiéndose gestado una especie de unión que se ha visto manifestado en la película del mismo nombre dirigida por Danny Clinch, que se estrenó en algunos cines de España pero no en nuestra ciudad. La veremos con emoción cuando toque el momento, aunque esperemos que no caiga en una visión hagiográfica, aunque las imágenes y adelantos que nos han llegado parecen ir más por ese camino, sin olvidar la relación con los Cubs y la ciudad de Chicago.
¿Y el disco?, bueno, digamos que no se han comido mucho la cabeza, ¿para qué? Caen muchos de sus Hits, que son coreados con ganas por un público entregado (¡lo que hubiésemos dado por estar ahí, los dos días!). Comienzan suaves con ‘Low Light’ del Yield (1998) para impactar con las grandísimas ‘Better Man’ y ‘Elderly Woman Behind the Counter in a Small Twon’. Pero luego ya se lanzan con la tralla, ‘Last Exit’ imperial, ‘Lightning Ball’ que se convierte en su única referencia de su último disco de 2013 y del mismo título (¡qué lejos queda!), y se agradece una enérgica ‘Black Red Yellow’, grabada en las sesiones del No Code (1996) y que se publicó en el disco de caras b Lost Dogs (2003). Llega el turno para el éxtasis del público con ‘Black’ y una extendida ‘Corduroy’. Sin más dilación enlazan con ‘Given to Fly’, abonándose a la épica, y con ‘Jeremy’. ‘Inside Job’ del Pearl Jam (2006) precede a ‘Go’ y destaca que incluyan también la versión del ‘Crazy Mary’ de Vanessa Williams, con el diálogo entre la guitarra de Mike McCready y el órgano de Boom Gaspar. La emotividad de ‘Release’ y la furia de ‘Alive’ dan paso al cierre con ‘All the Way’, la canción homenaje de Vedder a los Cubs, y para la versión del ‘I’ve Got a Feeling’ de The Beatles, tema que se encontraba en el Let It Be (1970), y que supone un gran final de fiesta.
Ament, Cameron, Gaspar, Gossard, McCready y Vedder vuelven a emocionarnos, una vez más. Y me mantengo en mis argumentos del comienzo pero son Pearl Jam. Vale, el Lightning Ball es de 2013 y, desde entonces, no han dejado de girar y se echa de menos material nuevo, pero la verdad es que tampoco creo que tengan que jugársela si no tienen nada que ofrecer, a diferencia de otras bandas o artistas que publican discos muy menores. Tampoco les podemos pedir a estas alturas que saquen una obra maestra, ya las han hecho. En 2o18 se cumple el vigésimo aniversario del Yield por lo que seguro que habrá edición conmemorativa. Y esperemos que regresen este verano a España, aunque sea a alguno de los festivales de turno, porque ya comentamos que la última vez que los vimos fue en 2010.