Josh Ritter, ‘Gathering’

Fue en 2013 cuando nos quedamos noqueados en Los Restos del Concierto con The Beast Its In Tracks, séptimo disco de estudio de un Ritter que se desnudaba sobre su divorcio. Disco tremendo donde los haya, eso nos hizo retomar la carrera de un artista que había ido construyendo una carrera sólida con discos destacados como The Animal Years (2005) o So Runs the World Away (2010). Cantautor que fácilmente podría haber sido adscrito en el ‘Americana’, Ritter fue desbordando todos esos límites y corsés hasta crearse una personalidad. En 2015 llegaría Sermon on the Rocks, donde no bajaba el pistón, pero este Gathering lo supera y supone otro trabajo grandísimo en la carrera de Josh Ritter, que también ha sido valorado muy positivamente por la crítica. Ritter sigue con su estilo donde su Folk se sigue abriendo a otros sonidos, construyendo un trabajo coherente y con algunas canciones muy destacadas, un disco que va ganando fuerza con las escuchas tras unos primeros momentos en los que puede despistar pero que demuestra que Ritter está entre lo más alto del panorama musical actual.

El comienzo es para la breve letanía de ‘Shaker Love Song (Leah)’ que da paso a una sobresaliente ‘Showboat’, uno de los títulos grandes del disco por mérito propio, con esos toques Pop y Soul, el órgano, los vientos y un tono melancólico en un sonido festivo. ‘Friendamine’ no se queda atrás, ese sonido clásico que imita al ferrocarril, para un tema que bebe en las raíces del Folk. Y también lo hace, aunque igual más escorado al Country, ‘Feels Like Lightning’, que sigue la senda anterior. Con ‘When Will I Be Changed’ hace un cambio de registro hacia canciones más intimistas y melancólicas, acompañándose aquí por Bob Weir (Grateful Dead), en un tema más convencional y de tono triste. Pero ese camino le va a funcionar mejor todavía en ‘Train Go By’, tema acústico con una melodía de nuevo triste pero maravillosa y con unos coros del final que ponen los pelos de punta. En ‘Dreams’ demuestra que su paleta es amplia, una canción distinta donde frasea y deja el protagonismo instrumental a un piano de fondo que en ocasiones sube de tono siendo el tema más experimental del disco.

En ‘Myrna Loy’ recupera el tono anterior, de nuevo una canción logradísima y minimalista que emociona profundamente. Unos vientos solemnes sirven de interludio para el Eock & Roll que se marca con ‘Cry Softly’ destacando las guitarras y el órgano de nuevo. Y en ‘Oh Lord (Part 3)’ comienza en plan Country-Folk para acabar con un tono Góspel adquiriendo una dimensión espiritual el tema sin perder las esencias folkies. El final lo deja para el lado más acústico e intimista con dos grandes canciones, ‘Thunderbolt’s Goodnight’ que es un tema marca de la casa, y la delicada ‘Strangers’.

Pues sí, tendremos que concluir que Josh Ritter lo ha vuelto a hacer y que este Gathering estará entre nuestros discos favoritos de un año muy complicado por la gran cantidad de propuestas destacadas. Pero Ritter es de nuestros favoritos y no defrauda, al contrario.

 

 

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