Apenas dos años después de «Achtung Baby» y continuando con la línea experimental (más si cabe) de este, el cuarteto irlandés publicaba en 1993 un «Zooropa» que, teniendo en cuenta sus últimas cifras de ventas y pese a alcanzar los cinco millones de copias vendidas, resultaría un pequeño freno a su trayectoria comercial y de una menor resonancia mediática tanto por su menor actividad promocional (en general son canciones porco incluidas en sus directos) como por su arriesgada propuesta artística.
Pese a todo se trata de un álbum que ha ganado en reconocimiento con los años, que incluía hits como Stay (Faraway, So Close!), además de otros como Numb y Lemon junto a varias canciones excelentes como Dirty Day o Daddy’s Gonna Pay For Your Crashed Car que profundizaban con acierto en una renovación de su sonido que prolongarían por lo menos hasta la publicación de «Pop» en 1997.
Antes de que Rick Rubin iniciara el relanzamiento de su carrera con la edición de la serie de «American Recordings», cuando su legado era todavía principalmente reconocido en Norteamérica y en el ámbito de la música tradicional, Johnny Cash irrumpió en el escenario del pop con esta gema de country posmoderno, esta sencilla pieza de desarraigo y espiritualidad escrita con tino para él por la banda de Dublín; pieza de folk vestida con arreglos exclusivamente electrónicos en la que fue The Edge el encargado de grabar unos tímidos coros para acompañar la portentosa presencia vocal de Cash y que terminaría por resultar una muestra sorprendente y un exitoso exponente de otra faceta nueva en la trayectoria de ambas partes.