Las dudas que podría ofrecer la vuelta de Franz Ferdinand, más de cuatro años desde el electrónico «Tonight» (2009), han sido resueltas favorablemente. La primera gran novedad de la temporada ha puesto el listón alto, con un disco notable que, en algunas canciones, nos devuelve la efervescencia de los Franz Ferdinand de sus dos primeros discos, de aquellos ya lejanos 2004 y 2005. «Right Thoughts, Right Words, Right Action» llega en un momento en el que no sabemos dónde «encuadrar» (no es obligatorio) a Franz Ferdinand. No son BritPop, la ola que pudieron inaugurar ha quedado sepultada (¿alguien se acuerda de, por ejemplo, Bloc Party?), y han sido superados por otras muchas bandas.
Pero Kapranos y compañía tienen talento y canciones, y lo demuestran con su disco de 2013. En él, recuperan las esencias que les hicieron el grupo del momento: temas bailables, optimistas, pegadizos, estribillos conseguidos, y unos riffs que se convirtieron en la marca de la casa. Tras la experimentación de «Tonight», vuelven con canciones adictivas. El inicio ya es premonitorio: «Right Action» es una grandísima canción que no hubiese desentonado en «Franz Ferdinand» (2004). Se produce un cierto relajo con «Evil Eye» pero, inmediatamente, las soberbias «Love Illumination» y «Stand on the Horizon» nos devuelven a los riffs bailables y al optimismo contagioso. «Fresh Strawberries» es más pop, creciendo la canción por momentos.
«Bullet» está entre los mejores temas del disco, y «Treason! Animals» y «The Universe Expanded» nos convencen menos, aunque esta última también va ganando con las escuchas. «Brief Encounters» es una de las canciones más extrañas, pero también es de las que se te pegan con más fuerza. Y termina con la más floja de todas, «Goodbye Lovers & Friends» (¿un título premonitorio?).
Franz Ferdinand han facturado un disco corto, apenas 35 minutos, pero han vuelto con energía y fuerza, lo cual se agradece. No tendrá la misma repercusión que hace apenas una década, pero se agradece. Esperemos que no suponga su canto del cisne o que no tarden otros cuatro años en ofrecer material nuevo, porque grupos como Franz Ferdinand son necesarios.