En 2016, la tienda de Waterloo Records en Austin (Texas) se convirtió en uno de los destinos recurrentes los días que pasé en esa ciudad. De allí me vine con unos cuantos discos. De la primera visita, entre otros, me traje A Sailor’s Guide to Earth de Sturgill Simpson. Era su tercer disco, no lo conocía pero había leído sobre este trabajo y me impactó, desde su voz hasta la textura de sus canciones. Era un disco profundo y oscuro, muy emocionante. Hacía tiempo que no sabíamos de Simpson pero este 2019 pasado ha regresado con un nuevo trabajo, Sound & Fury que supone una ruptura estilística y también estética. Y es que el diseño de la imagen del disco, que ha venido acompañado de una película distópica junto al animador japonés Junpei Mizusaki basada en el disco y disponible en Netflix, también es muy rupturista. Simpson deja de lado el Country con marchamo Folk para pasar a las guitarras poderosas y potentes del Blues Rock y el Southern Rock más pesado en la línea casi de ZZ Top. Estamos ante un disco que te sorprende viniendo de Simpson pero que se salda con un notable y que cuenta con una primera parte muy conseguida.
Comienza con un instrumental como es «Ronin», otro guiño, en el que destacan las guitarras pesadas y hasta un punto progresivas. «Remenber to Breathe» entra ya de lleno en el Southern Rock con un bajo predominante y un sonido brutal. Como en todo el disco, va enlazando las canciones sin pausa y llega «Sing Along» muy animada y en la que juega con otras texturas más electrónicas en el ritmo de la batería. En «A Good Luck», compuesta junto a John Prine, vuelve al Rock sureño pero aquí hay un punto más del Blues, aunque también sonidos más modernos y electrónicos. Y una de las cimas del disco es el medio tiempo que nos remite al AOR de los ochenta «Make Art not Friends», alargándose casi a los seis minutos.
La segunda parte nos remite a los ZZ Top en su inicio, «Best Clockmaker on Mars», donde destacan las guitarras de nuevo. Ya en «All Said and Done» aparece el tono más Country pero camuflado en la potencia de la banda, siendo una de las canciones más delicadas del disco. «Last Man Standing» es otra novedad con respecto a la primera parte, basada en el Rock & Roll primigenio. En el final aparecen «Mercury in Retrograde», mezcla de Country Rock y Psicodelia que no acaba de funcionar, y «Fastest Horse in Town», una canción que se va a los siete minutos en donde las guitarras se imponen con un sonido de nuevo más progresivo que se enlaza con un órgano psicodélico.
Sturgill Simpson habrá sorprendido a unos y otros pero este Sound & Fury no te deja indiferente. Olvida los medios tiempos de su anterior, Simpson se ha pasado a otra dimensión.