Cuando en 2011 la banda de Jim James firmaba «Circuital», debió de intuir que nada en adelante iba a ser lo mismo. Un disco de esa magnitud tenía que suponer una mayor exigencia en el futuro, y la lograron superar cuatro años más tarde con el más que digno «The Waterfall». Nos llega ahora, en forma de prolongación de este, una serie de grabaciones concebidas en las mismas sesiones y que viene a confirmar la admiración por esta entrega doble en la que ambos capítulos rayan a un excelente nivel. Puede que no fueran tantas las expectativas puestas en esta segunda parte en apariencia ‘menor’, en lo que parecía una composición de retales, pero hay que reconocer que la satisfacción ha sido alta y que la pérdida de varios de estos temas hubiera supuesto una verdadera lástima.
Con mayores desvíos por el soul ácido que con tanto acierto ha desarrollado James en sus trabajos en solitario, pero sin obviar su ramalazo rockero ni su raigambre folk, las canciones fueron revisadas durante la pandemia para, producidas de nuevo junto a Tucker Martine, ser lanzadas a primeros de julio y sorprender por su consistencia. También repite colaborando Brittany Howard en unos coros y segundas voces que, junto a otras voces, realzan varios momentos así como algunas secciones de vientos y metales perfectamente engranadas en una amalgama que incluye también matices electrónicos.
El piano es protagonista en muchos compases, como en la inicial Spinning My Wheels, cuya delicadeza inicial va ganando solidez con la entrada de bajo y los coros finales. Sube la animación con los dos cortes siguientes: especialmente en el estribillo de Still Thinking y, más aún, y protagonizada por la steel, en la alternancia de potencia y suavidad rítmica de Climbing The Ladder. A continuación reaparece el piano, con vigor y elegancia en Feel You, con un particular desarrollo de las guitarras, y junto a otros teclados para marcar el ritmo inicial de una Beautiful Love (Wasn’t Enough) que va ganando fuerza con la aportación de toda la banda.
La segunda parte la protagoniza de inicio la profundidad rítmica y la voz en falsete de Magic Bullet, que gana con la paulatina suma de guitarras y metales. Más acústica y con pinceladas de piano, una modesta belleza adorna Run It antes de descargar electricidad en Wasted, que endurece su desarrollo hacia la parte instrumental final. El colofón lo conforman dos piezas cálidas como la acogedora Welcome Home, que se desliza suave hacia la también tierna, aunque de cuerpo más denso e inclinado a una psicodelia soul, despedida con The First Time.
No contiene pelotazos como Believe (Nobody Knows) o Compound Fracture de la selección que dio origen a la primera entrega quizás algo más variada, pero bien que merecían una vuelta los archivos de sus grabaciones de 2015 si guardaban las canciones que componen esta entrega de resultado sorprendentemente homogéneo. A menudo el paso del tiempo ofrece una perspectiva diferente de la que resultan nuevas visiones, por eso nunca está de más la revisión de algunas obras que pueden sorprendernos en una segunda oportunidad; My Morning Jacket se la dieron a estas canciones y el resultado ha sido bien afortunado.