En Los Restos del Concierto tenemos en alta estima a Manic Street Preachers (MSP), una de las bandas más importantes del rock de casi las tres últimas décadas. Pero la historia de los MSP posee muchos recovecos, bastantes giros, una tragedia, una elevada honestidad y un gran compromiso, lo que les coloca como uno de los pocos grupos que han llegado al mainstream con una importante actitud política. Sin embargo, por razones derivadas de la industria, parece como si nunca hubiesen alcanzado la primera línea del rock, y eso que son venerados por la crítica, cuentan con varios discos que se colocaron en su día entre los más vendidos en Reino Unido, y algunos de sus temas son de esos clásicos atemporales del rock, que también forman parte de unas generaciones.
Galeses militantes, MSP comenzaron su carrera a mediados de los ochenta, consolidándose a partir de finales de la década con James Dean Bradfield como cantante y guitarrista, Nicky Wire al bajo, Richey Edwards a la guitarra rítmica, y Sean Moore en la batería. Bebiendo de las influencias del rock y el punk, MSP se fueron curtiendo durante años en el directo, pero no encajaban en lo que se hacía en esos momentos en las Islas Británicas (el sonido Manchester, Stone Roses, Primal Scream, etc.).
Con las letras de Edwards y Wire y una puesta en escena potente, en 1992 publicaron lo que para muchos es su obra maestra, «Generation Terrorists», un disco muy poderoso que los emparentaba más con el nihilismo del grunge de Seattle que con sus coetáneos británicos. «Generation Terrorists», que salió en Columbia, llegó al 13 en el Reino Unido y contaba con auténticos himnos como «Motorcycle Emptiness», «Slash ‘n’ Burn», «Little Baby Nothing», «Love Sweet Exile», etc. El disco era duro y con toques punk, y las letras de Wire y Edwards no dejaban indiferentes. Precisamente, Edwards se convertiría en el icono de la banda por su actitud vital. En ese sentido, el momento más destacado lo protagonizó en 1991 ante un periodista de NME, que en una entrevista cuestionaba su radicalismo y autenticidad. Ni corto ni perezoso, Edwards sacó una cuchilla de afeitar y en su antebrazo izquierdo escribió con la misma «4REAL», lo que le supuso casi veinte puntos de sutura.
Un año más tarde vería la luz «Gold Against the Soul», más accesible que su predecesor, pero sin perder la fuerza, y con temas como «La Tristesse Durera (Scream to a Sigh)». Y en 1994 llegaba «The Holy Bible», otra obra mayor de MSP, que contenía canciones como «Faster» o «Revol». James había profundizado en su estado depresivo y autodestructivo (alcoholismo, anorexia, agresiones a sí mismo), lo cual se reflejaba en sus letras, y la tragedia estaba a la vuelta de la esquina. El 1 de febrero de 1995, Richey Edwards desaparece y durante unos días se le puede rastrear la pista hasta que su coche fue localizado junto al puente sobre el río Severn en Gales, lugar empleado habitualmente por los suicidas. Contaba con 27 años y su cuerpo nunca apareció y se decía que había sido visto en determinados lugares alrededor del mundo. El 23 de noviembre de 2008, a requerimiento de sus padres, fue declarado legalmente fallecido. Fue la pérdida de una parte muy importante de MSP, que había definido en gran medida su imagen y mensaje.
Y es que estamos en 1995, epicentro del Britpop, y si MSP no habían encajado con sus coetáneos británicos, tampoco lo harían con este nuevo movimiento. Bradfield, Wire y Moore tenían una dura tarea por delante, sobrevivir al icono, y cómo lo hicieron también fue una sorpresa. En 1996, «Everything Must Go» llevaría a MSP al 2 en Reino Unido y a un nuevo sonido que, sin dejar sus raíces, tenía más tintes épicos y nuevos arreglos que llevaban su música hacia otros terrenos más pop. El single «A Design for Life», un tema que mantenía su mensaje político, se convirtió en su canción más reconocible, todo un éxito que les otorgó una nueva popularidad junto a temas como «Everything Must Go», «Kevin Carter» o «Australia». Además, el disco todavía contaba con algunas letras de Edwards.
Aclamados por la crítica, su posición se consolidaría con «This Is My Truth Tell Me Yours» (1998), número 1 en Reino Unido y con una colección de hits que iban desde «If You Tolerate This Your Children Will Be Next» (inspirada en la Segunda República, la Guerra Civil española y las Brigadas Internacionales), «Tsunami», «You Stole The Sun From My Heart» o «The Everlasting». Seguía la épica y el toque más pop, muy presente en la producción.
MSP habían encontrado su sonido y habían sobrevivido a todas las corrientes que les habían acompañado, con una propuesta que evolucionaba, alcanzando también el reconocimiento de crítica y público, con un posicionamiento muy intelectual, y que superaba la desaparición de uno de sus integrantes. Con cinco discos y a finales de los noventa, Manic Street Preachers era una de las principales bandas europeas, aunque minoritarios en Estados Unidos, con trabajos de gran calidad y una solvencia que, parecía, estar a prueba de cualquier contratiempo.