La Habitación Roja es uno de esos grupos españoles que llevan años y años de carrera, su primer disco es de 1998, y que siempre aparecen en todas las listas de lo mejor del año, aunque para un público minoritario. Nosotros tampoco le habíamos hecho mucho caso a La Habitación Roja, pero siempre estábamos ahí, a ver si esta vez le prestábamos atención. Y tocó hacerlo. Su trascendencia más allá del indie, o como quieran llamarlo, se produjo cuando Steve Albini, el productor de Nirvana, se hizo cargo de «Nuevos tiempos» (2005) y «Cuando ya no quede nada» (2007). Recuerdo del primero su tema «El eje del mal», que lo ponían las televisiones cuando aún se emitía música, entonces ya poca.
También habíamos leído entrevistas con sus componentes, y casi siempre decían cosas interesantes. Casi caemos con «Universal» (2010) y al final lo hicimos con este «Fue eléctrico». Y nos encontramos ante un disco muy homogéneo, muy compacto, y basado en buenas melodías pop con grandes guitarras. Y este es un hecho diferencial, su presencia constante en el disco. También destaca por unas letras cuidadas y trabajadas, muy meláncolicas en su conjunto, algunas de ellas indescifrables por momentos, y otras muy basadas en la actualidad. El disco rezuma contundencia en su música pero nostalgia y tristeza en sus letras, como confiesan sus integrantes en algunas entrevistas, señalando malos momentos personales, además del contexto en el que nos encontramos, como causa de este hecho.
El inicio del disco es prometedor «El resplandor» y «Siberia» son buenas canciones, pero llega «Ayer», un tema que en otra época sería todo un hit y cuya letra es impresionante (atentos a «querría quererte como tú te mereces»); y culmina con una de mis canciones favoritas del disco: «Indestructibles». Los siguientes temas no caen, exceptuando posiblemente «Norge», pero es una opinión personal. Y así se llega a las tres últimas, de las cuales destacan indiscutiblemente «La segunda oportunidad» y «Ahora quiero que te vayas», de las cuales es fácil imaginar la temática. Dos canciones muy grandes, que denotan un elevado nivel compositivo, a las que se une «Malasombra».
Así que, si os gusta la música, escuchad a La Habitación Roja, siempre en la primera línea de indie. Pero, si estáis deprimidos y melancólicos, dejad este disco para otra ocasión y buscaros otros de este grupo. Sin duda, «Fue eléctrico» estará entre los mejores discos del año.