Cracker es una banda norteamericana de las que solemos situar en la clase media del rock americano, un grupo que no tendrá el reconocimiento de los grandes, pero que es poderosa en su sonido y que le emparenta con los clásicos. Liderados por David Lowery, procedente de los reconocidos Camper Van Beethovwn, y Johnny Hickman, únicos miembros estables de una formación por la que han pasado numerosos discos, y que en este disco sólo repiten ellos, Cracker no sólo se centra en el Rock sino que en su música hay una fuerte presencia del Country, el Blues, el Folk o el Punk. Aunque su primer disco se remonta a 1992, nosotros no los conocimos hasta el fantástico Sunrise in the Land of Milk and Honey (2010), que ya era su noveno disco, y han tardado más de cuatro años en llegar al décimo, este doble y muy recomendable Berkeley To Bakersfield, cuyo título hace referencia a estas dos localidadades californianas.
Doble que no pesado, con una primera parte, Berkeley, más robusta y rockera, más conseguida, y una segunda donde prima el Country, con mucho pedal steel, la titulada Bakersfield. Nos gusta más la primera parte, como decíamos, donde hay ecos de Springsteen, de Petty y de otros supervivientes de la clase media del rock americano como Chuck Prophet o Jesse Malin, entre otros muchos. Pero Cracker atesora una gran personalidad con guitarras afiladas, riffs de carretera, y bases rítmicas robustas. El inicio, con el explícito título de ‘Torchers and Pitchforks’, engaña con su tono acústico pero con una letra combativa. Le sigue la notable ‘March of the Billionaires’ y llega uno de sus mejores temas, ‘Beautiful’, un rock sobresaliente, con marchamo de clásico. ‘El Comandante’ también destaca, medio tiempo de carácter épico, y desciende un poco el nivel en la más oscura ‘El Cerrito’ y en la más pop ‘Reaction’, dos temas que alcanzan de todas formas el notable. ‘You Got Yourself Into This’ nos suena a Petty, y nos convence, con ese solo de guitarra. Y debemos destacar el final de Berkeley con dos canciones de categoría: ‘Life in the Big City’, con esas guitarras y esos coros y, especialmente, la mejor canción de todo el disco, ‘Waited My Whole Life’, que no se sale del patrón pero que se impone sobre el resto, una especie de medio tiempo rockero creciente con unos coros fantásticos. Poco más de media hora para esta primera parte del disco que te deja con muy buen cuerpo.
Bakersfield gravita explícitamente al Country, con unas canciones en esa línea y con todos sus elementos, omnipresente el pedal steel, y muy clasicista. Desciende el nivel del disco pero se sitúa en el notable, y también era complicado mantener lo ofrecido en la primera parte, y más con el cambio de registro. ‘California Country Boy’ tiene el punto más clásico y ‘Almond Grove’ es lo mejor de esta segunda parte. Vuelven a mostrarse más ortodoxos con ‘King of Bakersfield’ y está menos lograda ‘Tonight I Cross the Border’. Cuando salen de la línea más tradicional, alcanzan canciones más redondas, como ‘Get on Down the Road’ y la más lenta ‘I’m Sorry Baby’. Notable es ‘The San Benardino Boy’, mejora con las escuchas ‘When You Come Down’ que tiene un toque muy nostálgico, y se cierra en esa misma dirección con ‘Where Have Those Days Gone’, donde le dan protagonismo al piano.
Doble disco de Cracker y otro trabajo muy interesante que vamos a seguir degustando estas semanas. Además, Cracker actúan el 20 de junio en el Azkena de Vitoria, uno de nuestros festivales favoritos. Mientras tanto, a disfrutar con Berkeley To Bakersfield.