Fuimos muchos los que en 2010 quedamos cautivados por el desgarrador debut en solitario de este músico de Denver. Tras diez años como componente de The Czars, aquel Queen of Denmark fue la aparición apabullante de un músico poseedor de una voz única al servicio de una marcada y sensible personalidad. El paso del tiempo no ha disminuido el mérito de aquella obra sino al contrario; a la vista de sus dos discos posteriores todo parece indicar que aquel fue la cima de su carrera y una referencia que lastra tanto a su sucesor Pale Green Ghosts (2013) como a este Grey Tickles Black Pressure a pesar de ser dos trabajos por encima de la media.
Como si el propio Grant fuera consciente de ello ya intentó desmarcarse de su primer trabajo con un viraje hacia la electrónica en el segundo y este tercero que hoy reseñamos, en detrimento de unas melodías menos logradas o directamente rehuidas como fórmula de diferenciación. También ha ido añadiendo toques de humor a sus letras para rebajar su trascendencia y crudeza habituales.
Para este Grey Tickles Black Pressure ha vuelto a contar con un productor de prestigio como John Congleton (St Vincent, Franz Ferdinand…), que en este caso no se sale demasiado del guión marcado por Grant en su anterior trabajo. Las canciones que presenta se sustentan en una electrónica clásica, sin alardes innovadores, y que no desplaza totalmente los preciosos arreglos orquestales que han caracterizado algunos de sus mejores momentos.
En el melódico tema de apertura, y que da nombre al disco, la electrónica todavía ocupa un lugar secundario frente a los arreglos ya referidos antes de que el hip hop de Snug Slacks o de You And Him, en cuyo estribillo colabora Amanda Palmer (Dresden Dolls), tome el protagonismo. Guess How I Know es la pieza más rockera y precede a la calidez de las guitarras al inicio de Down Here. Tras el animoso funk eletrónico de Voodoo Doll vuelve a percibirse con calma lo mejor de Grant en las magníficas Global Warming y especialmente Magma Arrives. Le siguen dos piezas de electrónica tradicional como Black Blizzard o el primer sencillo del disco, en compañía de Tracey Thorn (Everything But The Girl), la entretenida Disapointing. El disco lo cierran dos nuevos ejemplos de baladas arregladas con exquisito gusto: No More Tangles y sobre todo Geraldine.
Canciones de indudable calidad en este disco aunque en su mayoría no alcanzan la comparación con sus mejores momentos y que contribuyen a alejarle un poco más de la figura de autor melódico a la que parecía estar abocado. Entre cortes de evidente intención rupturista resuenan ecos de lo que Grant es capaz, y estos son los que te dejan satisfecho, a pesar de que el camino que parece haber tomado le lleve en una dirección diferente a la que le encumbró.