Habíamos dejado a Jack White en 2007 con el que sería el último disco de estudio de The White Stripes, Icky Thump, salvo que no lo sabíamos. Jack ya había montado The Raconteurs, que eran vistos más como un divertimento, y producido discos de otros artistas, además de los suyos propios. Pero aquello sólo era el inicio de la hiperactividad a la que nos sometería White desde entonces. Porque The White Stripes ya eran una de las bandas de Rock & Roll más respetadas del panorama, y Jack iba a dar varios saltos cualitativos, a la vez que centralizaba sus operaciones en Nashville, donde se instalaría, y en su sello Third Man Records, desde donde haría un importante despliegue por lo ‘vintage’. Además, su vida personal iba bastante bien, casado con la modelo británica Karen Elson desde 2005, con la que tendría esos años dos hijos. No tardó mucho en dar nuevas noticias con la salida de segundo disco de The Raconteurs, el sobresaliente Consolors of the Lonely (2008), toda una declaración de intenciones desde la portada, y para mí uno de los mejores trabajos de toda la obra de White. Es un disco que no ha perdido su vigencia y que se mueve desde sonidos más vinculados al Power Pop y al Garage al otros más tradicionales, bebiendo del Blues e incluso del Folk. Un disco que nos muestra a Brendan Benson y a White rayando a gran altura, con la guitarra de Jack más contenida, y con temas como ‘Salute Your Solution’, ‘Top Yourself’, ‘Hold Up’, ‘Many Shades of Black’ o ‘Carolina Drama’. Grandísimo disco que era un toque de atención importante hacia lo que tenía pensado White, claro que tampoco sabíamos que aquel sería el último disco de estudio hasta la fecha de The Raconteurs, lamentablemente.
Pero las sorpresas no iban a tardar en llegar. En enero de 2009 se publica el debut de otro grupo en el que ingresa White, en este caso The Dead Weather. Con un sonido mucho más duro y oscuro, The Dead Weather cuentan con White a la batería, el propio Jack Lawrence que también está en The Raconteurs, Dean Fertita (Queens of The Stone Age) a la guitarra, y la enérgica Alison Mosshart (The Kills). Horehound conquistaría a crítica y público, con las tareas compositivas más repartidas y con una menor presencia en ese sentido de White. Había canciones muy redondas en el disco como ‘Hang You From the Heavens’ o ‘Treat Like Your Mother’. Para entonces, la pregunta no podía ser más clara, ¿qué iba a pasar con The White Stripes?, porque White ampliaría su carrera como productor y estaba claro que su diversifación era un hecho. La respuesta llegaría en 2010 con un disco en directo y documental que recogía su gira de verano de 2007 por Canadá, Under Great White Northern Lights, un trabajo que podría sonar más a un grandes éxitos y que recogía la crudeza de su propuesta, incluida la tormenta eléctrica que despliega White, pero parece que Meg ya no estaba por la labor de seguir.
En primavera de 2010 aparece el segundo disco de The Dead Weather, un más accesible y notable Sea of Cowards, y produce el debut discográfico de su esposa, Karen Elson, The Ghost Who Walks. Con sus producciones también recupera a la veteranísima Wanda Jackson y con The White Stripes finiquitados la duda es cuál será el siguiente paso. En 2011 se produce el divorcio con Elson, rumoreándose que entre Mosshart y él había habido mucho más que palabras, y que luego derivaría en un proceso judicial farragoso. En ese año también colabora con Danger Mouse y con Daniele Luppi en el disco Rome, un trabajo homenaje a las bandas sonoras italianas de los spaghetti westerns, que contaría igualmente con Norah Jones. También en 2011, The Black Keys lograron su gran triunfo con El Camino, y en los próximos años White y Auerbach y Carney se enzarzarían en diferentes polémicas, con el primero acusando a los otros dos de ‘robarle el sonido’. Jack no paraba y además cambiaría de look, adelgazaría para volver a engordar, etc. Y tras todo ello, se lanzó por fin en solitario en 2012 con Blunderbuss, un trabajo que era puro White, derivando hacia fórmulas ya conocidas, con temas tan impresionantes como ‘Love Interruption’, ‘Freedom at 21’ o ‘Sixteen Saltines’, y con otros derivados más al Folk y al Country-Rock. Y unas letras en parte vinculadas a su reciente divorcio. Un debut que fue bien acogido por la crítica y que otorgó a White el número 1 en Estados Unidos y Reino Unido, montando una gira con dos bandas, una exclusivamente femenina y otra masculina, siendo una sorpresa la que tocaría cada noche.
En ese momento, la pregunta es si White iba a activar a The Dead Weather o a The Raconteurs, pero podemos considerar 2013 como un año relativamente tranquilo en la productividad de White, centrado en ese tormentoso divorcio que señalábamos anteriormente. Pero en 2014 retomaría su actividad, destacando la coproducción del disco de versiones que grabó Neil Young en su cabina vintage de los estudios Third Man Records, A Letter Home. Eso tuvo que ser para verlo porque dos tipos de la personalidad de Young y White juntos, cuanto menos curioso. El disco se puede considerar otro de los experimentos de Young, que le quedó irregular. Y en 2014 también saldría al mercado su segundo trabajo en solitario, Lazaretto, otro notable trabajo, más barroco si se quiere, pero siguiendo la senda de su debut. Jack sigue contundente en canciones como ‘Lazaretto’, ‘High Ball Stepper’, ‘Would You Fight For my Love?’, ‘Just One Drink’ o la versión de ‘Three Women’, cosechando de nuevo el número 1 en Estados Unidos.
El último trabajo de White ha sido el regreso en este 2015 de The Dead Weather, ya señalado aquí, con el fantástico Dodge and Burn, un disco que nos parece de lo más interesante de este año, con temas tan redondos como ‘I Feel Love (Every Million Lines)’ o ‘Let Me Through’. Jack White, todo un crack y un figura, indispensable para entender el Rock & Roll en las últimas dos décadas, consolidado y referente, no sabemos qué sorpresas nos depara en un futuro, pero con Jack White todo puede ocurrir, incluso recuperar a The White Stripes: