La Sala Norma de Logroño vivió el 21 de diciembre pasado su particular «fin del mundo». Pero no fue el de los Mayas, una gente que, por cierto, estaba a sus cosas y fueron importunados con el apocalipsis. Pero ese día hubo un fin, seguro que muchos más, y ese no fue otro que el de la gira de Corizonas, que aterrizaban en Logroño por tercera vez en dos años exactamente. Y nosotros nos alegramos enormemente de estas reiteradas visitas. En diciembre de 2010 nos encontramos con un experimento como fue el juntar a los veteranos Los Coronas con los novedosos Arizona Baby, compartiendo escenario y poderosas versiones en «Dos Bandas Y Un Destino». Actual 2012 ya nos entregó a Corizonas en el Palacio de los Deportes en Actual, presentando disco conjunto, «The News Today», en un programa eléctrico junto a Sharon Jones & The Dap Kings, del que dimos sobrada cuenta aquí en «Una noche superlativa», a nuestro juicio el mejor concierto que hemos visto en el festival riojano.
Y a finales de 2012, con Corizonas consolidados como una de las pocas buenas noticias del panorama musical español, nos reunimos de nuevo con ellos unos pocos centenares de personas en la Sala Norma. Fueros dos horas y cuarto de concierto en el que, lejos de dejarse llevar por lo predecible y lo habitual, Corizonas demostraron que tienen bagaje y un arsenal. Obviamente, cayeron sus grandes temas de «The News Today», como «Hey Hey Hey (The News Today)», «The Falcon Sleeps Tonight», «Hotel Room», «El Rancho», «Run to the River» o «I Wanna Believe», entre otras. Junto a ellas, las versiones habituales: la impagable «Everybody Knows This Is Nowhere» (Neil Young), «Wish You Were Here» (Pink Floyd), «Supernaut» (Black Sabbath) o «Pusinh’ too Hard/Mr. Soul» (The Seeds/Buffalo Springfield). A estas canciones, Corizonas las transforma dándoles su toque, derivado de su enorme nivel como músicos y de sus inquietudes y sensibilidades. Tampoco pudo faltar el tema mítico de Arizona Baby, «Shiralee», así como la sorprendente versión de «Piangi Con Me» de The Rokes. Igualmente, presentaron un tema nuevo, más duro.
La banda sonó de nuevo impecable, con un Javier Vielba cada vez más frontman que nunca gracias a un carisma que crece, haciendo continuas referencias al fin del mundo. A su lado, Fernando Pardo ofrecía el contrapunto necesario, pero cargado de ironía. Las guitarras de David Krahe y de Rubén Marrón se complementaban perfectamente, y la sección rítmica, con Javier Vacas al bajo y Roberto Lozano «Loza» a la batería, destacaba en un conjunto donde se hace muy difícil hacerlo. Junto a todos ellos, la trompeta de Yehen Riechkalov, definidora también del sonido Corizonas.
El concierto alcanzó su cumbre en los bises. Iniciados con «I Wanna Believe», contó con la aparición de Miguel Pardo, cantante de Sex Museum, la otra banda de Fernando Pardo, Javier Vacas y Loza, interprentando un tema de los Sonics. Aquello se transformó primero en un guateque, como ellos lo definieron, y luego en una discoteca, aquí ya con Javier Vielba bailando y saltando entre el público, con nuevas versiones, que suponen un hallazgo para muchos de nosotros.
Y así llegó el largo punto y aparte que se avecina para el proyecto Corizonas. En el horizonte cercano, en menos de un mes, nuevo disco de Los Coronas, «Adiós Sancho»,mientras que Arizona Baby también están inmersos en nuevas canciones. Echaremos mucho de menos a Corizonas, aunque seguro que disfrutamos de los nuevos trabajos de las dos bandas por separado. Como señalábamos al comienzo de esta crónica, Corizonas ha sido una de las pocas novedades estimulantes del panorama musical español en estos dos últimos años, proyecto que ha congregado una importante y, sobre todo, fiel parroquia. Esperamos su vuelta, cuando sea, que seguro que es bien recibida y nos aportará más luz en un mundo cada vez más oscuro.