Hay veces que quieres acertar, que quieres que algunos presagios no se cumplan, comenzando con esta horrible portada, pero resulta que sí, que los temores se confirman. Recapitulemos, The Wild Feathers se dieron a conocer a finales de 2013 con un disco homónimo que, dentro de los grupos de rock norteamericano con claras reminiscencias de gente como Eagles y demás, prometían con esas guitarras y esos juegos de voces. Y sí, aquel trabajo tenía temas muy interesantes. Desde aquí recogimos aquel debut que nos gustó y esperábamos una nueva entrega que ha llegado en forma del Lonely is a Lifetime. Y The Wild Feathers, convertidos ahora en cuarteto, no han cumplido las expectativas derivando hacia un sonido más sobreproducido, con algunos momentos que no aportan casi nada, y convirtiéndose en un grupo que, de no virar su rumbo, quedará en un segundo o tercer plano, otra cosa son los réditos comerciales que consigan.
El inicio ya nos deja un tema muy resultón, ‘Overnight’, escorado hacia un Pop más sobreproducido, jugando de nuevo con las voces, para pasar a dos medios tiempos que no acaban de funcionar. El primero, ‘Sleepers’, que claramente se hunde en su parte central, y el segundo el larguísimo, más de ocho minutos, ‘Goodbye Song’, de carácter más épico y que puede funcionar mejor, con esas voces que recuerdan claramente a los Eagles. En ‘Don’t Ask Me To Change’ parecen querer recobrar la fortaleza de su primer trabajo, pero tampoco acaba de funcionar aunque sí que se atisba algo más de fuerza y empuje. El disco comienza a caerse del todo con ‘Happy Again’, que tiene alguna parte interesante pero que es un espejismo porque el conjunto de la canción también está sobreproducida. Lo mismo que le ocurre a la menor ‘Leave Your Light On’, otro tema flojísimo.
Pero el nivel desciende todavía más con ‘Help Me Out’, entre lo más insustancial del disco, canción que se inicia de forma extraña que, aunque intenta levantarse con algo más de garra, no lo consigue. De lo mejor del disco se encuentra en la intimista y minimalista ‘Lonely is a Lifetime’, tema que se basa en las voces de ellos y poco más, y que funciona, y en ‘On My Way’, que aunque no deja de contar con los mismos límites que el resto del disco, sube varios puntos en su calidad. Pero el final es desastroso con dos temas claramente decepcionantes: ‘Into The Sun’ parece una canción de un grupo Pop del montón y ‘Hallelujah’ hubiese ganado muchos enteros con una producción diferente, un temás más acústico al que le incorporan unos efectos que la lastran.
En fin, que tenía razón mi querido amigo y compañero de fatigas Javi Castro con esta banda, con la intuición que tenía sobre ella, su falta de contundencia que se concreta aquí con un disco fallido, a pesar de las muchas escuchas por encontrar algo más. Veremos que más dan de sí The Wild Feathers.