No conozco a nadie a quien le guste la música con apasionamiento que no muestre una sonrisa cuando se habla de The Jayhawks. En este blog también hemos hecho referencia a la banda procedente de Minneapolis y que contribuyeron como nadie a definir ese sonido que es el denominado ‘Americana’, que no es otra cosa que esa fusión del Country, del Folk y el Rock & Roll. The Jayhawks han vuelto en este 2016 con un nuevo trabajo que ha sido valorado positivamente por la crítica y los seguidores, y que en breve analizaremos en Los Restos del Concierto como es Paging Mr. Proust, donde Gary Louris comanda de nuevo en solitario a la banda tras el nuevo abandono de Mark Olson, y seguramente afortunado tras las negativas consecuencias que luego comentaremos de su última etapa conjunta. The Jayhawks no tuvieron suerte, a pesar de algunas canciones que fueron utilizadas en campañas publicitarias (me estoy refiriendo a la imbatible ‘Blue’), no estuvieron en el momento y en el lugar adecuado. Cuando ellos comenzaban, la música que hacían no tenía apenas cabida, eran las épocas primero de aquellas bandas de Hard Rock de finales de los ochenta y en el comienzo de los noventa del Grunge. Fueron cimentando su prestigio y leyenda mientras, años después, Uncle Tupelo, Wilco, Whiskeytown y Ryan Adams alcanzaban el estatus que ellos no alcanzaron. Esta es su historia y cómo los conocimos.
The Jayhawks parte de la bicefalia Mark Olson – Gary Louris, dos tipos que se complementaban a la perfección y que bebían de la tradición más norteamericana, aunque sus caminos se irían luego bifurcando. Además de ser dos compositores de altura, empastaban sus voces generando unas armonías y unas melodías prodigiosas. También desde los inicios de la banda estaba el bajista Marc Perlman, en un segundo plano Louris y Olson. Sus dos primeros Falling Star (1986) y Blue Earth (1989) pasaron casi desapercibidos, aunque con el segundo comenzaron a llamar la atención. Pero lo mejor estaba por llegar.
Siempre recordaré la imagen de Tomorrow the Town Hall (1992). Ese CD estaba siempre en la pequeña y añorada tienda TIPO del Parque Chile de Logroño y que cerró en 2007. Yo miraba aquel disco porque, aunque todavía no había escuchado nada de The Jayhawks, era una referencia frecuente en muchos de los artistas que me gustaban por aquel entonces, muy vinculados al ‘Americana’. Siempre se les mencionaba y, además, por aquel entonces Louris estaba residiendo en España y colaboraba con músicos de aquí. Un día de 2006, compré aquel disco y fue todo un shock, con esas canciones tan sobresalientes ‘Waiting for the Sun’, ‘Two Angels’, ‘Wichita’ o ‘Crowded in the Wings’, por citar solo algunas. Inevitablemente no caer rendido.
Aunque las raíces estaban, se hacían eco también otros sonidos más cercanos al Pop, que serían los que tendrían la impronta de Louris. Pero el asalto definitivo vino en 1995 con el imprescindible y clásico Tomorrow the Green Grass. Allí se incorporó Karen Grotberg a los teclados y, aunque no participó en el disco, Tim O’Reagan a la batería, a la postre la formación más clásica y recordada de la banda. Aquel disco lo tenía todo, y es imposible elegir una canción, del ‘Blue’ al ‘Two Hearts’, pasando por ‘I’d Run Away’, ‘Ann Jane’ o ‘Ten Little Kids’, sin olvidar la versión de ‘Bad Times’ de Grand Funk. Los dos discos contaron también con la contenida producción de George Drakoulias, que también fue un acierto de pleno. Pero lo mejor estaba por terminar pronto.
Y es que Olson dejó la banda a los pocos meses, un durísimo golpe, para cuidar a su mujer, la cantautora Vanessa Williams aquejada de una grave enfermedad. También imaginamos que la relación con Louris no sería fácil, pero el caso es que el bueno de Gary decidió seguir con el grupo, fichó a Kraig Johnson y a Jessy Greene, y facturó un disco de ruptura que gana con el tiempo, y mucho. Más escorado al Pop y con el legado Beatle por bandera, el tiempo de The Jayhawks, si es que alguna vez lo hubo, pasó. Había canciones tremendas como ‘Big Star’, ‘Trouble’ o la deliciosa ‘Haywire’. Y siguió por esa senda con el menor Smile (2001), más experimental y donde también aumenta el peso compositivo del resto de la banda, y hay canciones también fantásticas como la propia ‘Smile’ o ‘I’m Gonna Make You Love Me’. Pero Louris todavía guardaba una joya del ‘Americana’ como sería el Rainy Day Music (2003), con una banda convertida ya en trío, con Perlman y O’Reagan. Confieso que este es otro discos que no puedo dejar de escuchar, y si bien la calidad de Tomorrow the Green Grass es superlativa, este disco tiene algo muy especial. Canciones bellísimas como ‘Stumbling Through the Dark’, ‘Save it For a Rainy Day’, ‘Angelyne’,’Come to the River’, ‘Tailspin’…era un disco más acústico, más emocional, era también una despedida de The Jayhawks porque la banda entró en un hiato de 2004 a 2009.
Louris comenzó su carrera en solitario, que se concretó en el también acústico Vagabonds (2008) y que pudimos ver en el Antzokia de Bilbao en una calurosa noche de junio de ese mismo año. Además, había sacado en 2006 el brillante Another Fine Day con Golden Smog, y repetiría EP en 2007. Esos años vivía en España y era un tipo muy idolatrado en el mundo musical, el legado de The Jayhawks era muy potente. Mientras tanto, Olson había desarrollado una carrera más Folk, se había separado de Williams, y no se sabía mucho más. Pero la sorpresa llegó cuando se juntaron para grabar juntos Ready for the Blood (2008) bajo la producción de Chris Robinson (The Black Crowes). Imaginaros la expectación, era lo más cerca que se podía estar de una reunión de The Jayhawks y ésta se produjo en directo al año siguiente, con la formación del Tomorrow the Green Grass, en una iniciativa que precisamente partió de España, para tocar en un par de festivales, y que luego fue creciendo. A decir verdad, aquel disco ya nos tenía que haber dado alguna pista de lo que vendría después, porque les quedó muy pausado. Pero era la vuelta de The Jayhawks, aunque ya se veía que algo no iba bien, la tensión se palpaba como pudimos ver en el Azkena de 2009, Olson no estaba en forma, y se obviaba la etapa de Louris en solitario. En aquel momento, daba igual porque tocaban prácticamente Tomorrow the Green Grass y buena parte de Hollywood Town Hall.
Siguieron girando pero debieron haber parado allí, pero decidieron grabar un nuevo disco, Mockingbird Time (2011) pero allí se demostró que la compenetración Olson – Louris ya no existía, es el peor disco de todos los publicados por la banda y queda como un ‘quiero y no puedo’. No sabemos qué motivaciones había en esta vuelta y en este trabajo, nos imaginamos algunas de las mismas, y son legítimas, pero fue un borrón. Curiosamente, consiguieron buenas cifras para el momento de la industria discográfica, y Olson en 2012 dejó de nuevo la banda, lo cual era inevitable. Louris ha tomado de nuevo los mandos en solitario y, bien acompañado por Perlman, Grotberg y O’Reagan, que también tienen su aportación compositiva, regresan con este Paging Mr. Proust, donde ha contado en la producción con Peter Buck (REM). En breve, en Los Restos del Concierto, pero nos apetecía recordar, una vez más, la historia de una de nuestras bandas favoritas, The Jayhawks.