Tercera entrega de Nick Waterhouse, integrado claramente en toda la corriente de neosoul que mira hacia el pasado para construir un sonido que no pocas ocasiones se puede calificar de ‘retro’ o ‘vintage’. Waterhouse ha presentado Never Twice, un trabajo en el que no se sale para nada de la senda de sus dos primeros discos, el primero contaba con el elemento sorpresa, Time’s All Gone (2012), mientras que con Holly (2014) cumplía con las expectativas. Con su imagen de Buddy Holly y el peso en sus composiciones del R&B y del Jazz, Waterhouse ha construido un estilo que tiene un punto de sofistificación y que parece sacado de un club de los 60. A Waterhouse también se le ha cuestionado su ‘autenticidad’ aunque su principal problema creo que no reside en ella sino en una linealidad que acaba generando una cierta monotonía en sus canciones. Sus discos se escuchan bien, pero en sus segundas partes parecen perder fuerza, mientras que es capaz de componer algunos temas relevantes. En este Never Twice mantiene su apuesta por temas dinámicos y con clase, con una preeminencia en buena parte de ellos del Hammond, sin olvidar la sección de viento y los coros femeninos, su fraseo característico, además de contar con la colaboración de la gran promesa del Soul contemporáneo Leon Bridges.
Sus principales constantes quedan claramente reflejadas en un inicio prometedor, ‘It’s Time’ es R&B con toques Soul del bueno, con el Hammond a trapo, siendo el tema más destacado del disco. ‘I Have Some Money (But I Spent It)’ mantiene la tensión, tiene un punto de los 50 y muestra esa sofisticación de la que decíamos anteriormente hace gala, siendo un buen tema que comienza prácticamente fraseando. En ‘Straight Love Affair’ el órgano suena más pesado, con el Blues estando presente, pero el nivel desciende con el más lento y jazzístico ‘Stanyan Street’, visible en la cadencia de la batería y el saxofón. Se recupera con ‘The Old Place’, donde vuelve a los mimbres del inicio del disco.
La segunda parte del disco comienza con el tema compuesto e interpretado con Leon Bridges, ‘Katchi’, que destaca instrumentalmente pero que no sé si es más efectista que efectivo, aunque es una canción convincente. Luego se atreve con una versión del ‘Baby, I’m in the Mood For You’ de Bob Dylan, que le queda insípida en mi opinión, de nuevo ese punto Jazz, y que va creciendo al final. ‘Tracy’ tampoco acaba de convencer al seguir en esa senda y ‘Lucky Once’ es un instrumental donde destaca el piano pero que es una canción que no aporta mucha. El final deja buen sabor de boca con un ‘La Turnaround’, donde retorna al Soul más carnoso y ese Hammond vuelve a marcar el ritmo.
En definitiva, un tercer trabajo de Nick Waterhouse que nos sigue dejando las mismas dudas, aunque son discos que se escuchan con gusto, pero que no sabemos qué rumbo mantendrá. Waterhouse no queda duda que tiene talento, pero veremos.