Hace casi ya dos décadas, una película se convirtió en símbolo de una generación y de una época, además de consagrar a su director. Fue «Pulp Fiction» de Quentin Tarantino, un hombre que en sus bandas sonoras se consagraba a la fina línea que va del frikismo al snobismo. Bien, aquella tremenda banda sonora nos descubrió a muchos la música instrumental «music surf», con un inicio demoledor a cargo de Dick Dale & His Del-Tones y el inevitable «Misirlou», insertado definitivamente en la memoria colectiva y el universo simbólico de una generación, asociado a Vicent Vega y Jules Winnfield. Y ahí quedó la cosa, aunque para entonces Los Coronas ya eran una realidad a través de David Krahe y el hiperactivo Fernando Pardo, de los Sex Museum.
Durante estos años, Los Coronas tenían un elevado prestigio y una casi nula visibilidad. Grandes músicos que hacían música instrumental de estilo surf, demasiado para nuestros esquemas cognitivos. Sin embargo, en 2010 Los Coronas y Arizona Baby se juntan para la gira «Dos Bandas y un Destino», y de ahí surgen Corizonas, una de las mejores sorpresas de los dos últimos años, como hemos visto y seguido en varias ocasiones, y que pudimos disfrutar por tercera vez el 21 de diciembre de 2012.
Tocaba volver a Los Coronas y se anunciaban grandes noticias, con la grabación de nuevo disco en Tucson (Arizona), bajo la producción de Craig Schumacher, que entre otros ha trabajado con los fronterizos Calexico. Y Pardo, Krahe, Loza, Vacas y la trompeta de Riechkalov, ya marca de la casa, firman un disco más ecléctico que los anteriores, con diversas tendencias, y algunas sorpresas. En ese sentido, la música surf sigue estando muy presente, en canciones como «Cleopatra Stomp!», en «Hey Cosacus», o en la genial «Rockaway Surfers». Pero ganan peso los sonidos relacionados con el western, lo fronterizo y, sobre todo, la influencia de Morricone. Así, el inicio con «Adiós Sancho», una de las mejores canciones del disco, podría salir en cualquier película de Tarantino (al tiempo), «Fuerte Comansi» (brillante título) remite a esas películas del oeste que todos conocemos, y el final del disco es un tema candente que tiene esas reminiscencias de la frontera hasta en el título: «Way to San José».
Pero también se advierten otras influencias, como cierto «casticismo» en el mejor sentido de la palabra, en algunos temas como «La Leyenda del Solitario», que mantiene un cierto toque a lo Morricone, y en «Baila Lola», una canción que sorprenderá a propios y extraños, y que a mí me parece una agradable y brillante sorpresa, con continuos cambios de ritmo y estilos.
En definitiva, uno de los discos del año hasta el momento para losrestosdelconcierto.com, la demostración de lo gran banda que son Los Coronas. Y sí, que alguien le haga llegar el disco a Tarantino.