La noticia ha llegado como tantas otras a través de las Redes Sociales. Te pones a trabajar un rato y miras Facebook, lo primero que salta son imágenes en el muro de gente de Tom Petty. Ves que ha sufrido un ataque al corazón y que no se sabe mucho de su estado. En alguna página web aparece que está crítico. Pocos minutos después, los muros de muchos amigos y amigas aparecen con imágenes o vídeos despidiendo a Petty. Pero hay mucha confusión, Petty sigue vivo, ha sufrido un fuerte ataque al corazón y su estado es crítico. Parece que hay una mínima esperanza a la que agarrarse, pero sólo por unas horas. Finalmente, Petty no puede superar el ataque y fallece a la edad de sesenta y seis años.
Cuesta horrores hablar de Tom Petty en pasado. Petty era, y es, un icono del Rock norteamericano de raíces, pero iba más allá. Seguramente, aunque para los aficionados de su música sí que lo está (y yo lo firmo), se situaría un pequeño escalón por debajo de Springsteen, Dylan y Young, pero es que Petty era todos ellos juntos y más. Quedarnos en el Rock de raíces norteamericanas y sus derivaciones hacia el Blues, el Country o el Rock sureño sería limitarnos. Petty consiguió una personalidad propia y un sonido inconfundible, y seguramente ese es una de sus claves, con esas guitarras tan características, ese uso de la acústica, y esas melodías que le entroncaban con otra de sus influencias como era el Pop de The Beatles. La música de Petty era cercana, carecía seguramente de una cierta épica lo que la hacía muy terrenal, te llegaba por ese camino. Podía ser luminosa y nostálgica, acompañada por una voz también característica. Además, Petty daba la imagen de buen tío, como el colega de la pandilla que no es el líder pero que está en ese segundo plano y que desempeña un papel fundamental, y algo de eso se vio en aquella maravilla de proyecto que fue The Traveling Wilburys junto a Dylan, George Harrison, Roy Orbison y Jeff Lyne.
Petty nació en Florida en 1950 en un hogar muy humilde y desestructurado. La música sería una vía de salida para un Petty, impactado por Elvis Presley, fundando Mudcrutch en 1970 junto a los que serían sus compañeros de por vida en los Heartbreakers, el guitarrista Mike Campbell y teclista Benmont Tench. En 1976, ya como Tom Petty & the Heartbreakers, debutaría con un disco homónimo, completando la formación con Ron Blair al bajo, que volvería a la formación en 2002, y Stan Lynch a la batería. The Heartbreakers era otra de esas bandas fundamentales para un artista, el músculo que desarrollaron era enorme y su nombre alcanzó la relevancia de una E Street Band o unos Crazy Horse. Petty y su banda darían un salto cuantitativo y cualitativo con su tercer disco, Damm the Torpedoes (1979), entrando en una década de los ochenta en la que irían consolidándose. A su vez, en 1989 publicaría el primero de sus tres discos en solitario, aunque Campbell siempre estuvo ahí, el exitoso Full Moon Fever, coproducido por Jeff Lyne y que supondría otro salto en su carrera. Además, son los años de Traveling Wilburys. Petty no iba a dejar nunca a The Heartbreakers, en 1991 habían incorporado a Scott Thurston, que también iban a vivir tensiones internas con la salida de Lynch en 1994, siendo sustituido por Steve Ferrone, y del bajista Howie Epstein en 2002, que fallecería un año después.
En los 90, Petty es un artista de primer nivel en Estados Unidos, mucho más desconocido en Europa aunque la presencia de temas suyos en películas de éxito le dotaban de un cierto reconocimiento, sin olvidar su trabajo de 1991 Into the Great Wide Open con todo un hit como ‘Learning to Fly’ (ahí lo conocimos muchos). Aunque su discografía desde entonces es más irregular y espaciada, siete discos en dos décadas y media, aunque hay momentos esplendorosos como su segundo trabajo en solitario, el tremendo Wildflowers (1994), siempre tenía cosas que ofrecer. Además, Petty reactivaría Mudcrutch publicando dos discos con esa formación. Pero su fuerza se encontraba en un directo que, lamentablemente, nunca pudimos ver en España y que era muy esperado.
Nos ha dejado Tom Petty, una noticia terrible para los aficionados de la música Rock. Un artista que atesora grandísimos discos y canciones que hace tiempo que eran leyenda, comenzando con ‘American Girl, ‘I Won’t Back Down’, ‘The Waiting’, ‘Refugee’, ‘Rebels’, ‘Learning to Fly’, ‘Free Fallin’, ‘I Need to Know’ y un largo etcétera que se pierde. Petty sería una gran influencia en el redescubrimiento del Rock norteamericano de raíces a partir de la segunda mitad de los noventa, así como en todo lo que se llamó ‘Anericana’, pero llegaba más allá. Un legado de valor incalculable al que seguiremos acudiendo en los días buenos y malos porque Petty siempre estaba ahí y seguirá.