No hay entradas. Experiencias de un aspirante a promotor, Alfred Crespo, 66 rpm
Nos descubrimos una vez más ante una de las voces más autorizadas del panorama musical español, Don Alfred Crespo. Co-director de la indispensable Ruta 66, responsable de la editorial 66 rpm y autor de otras obras como Burning. Madrid y participante en trabajos colectivos como el muy recomendable y ya señalado aquí hace unos meses Political World. Rebeldía desde las guitarras. Crespo nos presenta en esta ocasión un libro corto y que se lee casi de un tirón porque es apasionante: No hay entradas. Experiencias de un aspirante a promotor. En el mismo, narra su experiencia de unos pocos años en la primera década del siglo XXI como promotor local, a través fundamentalmente de Silvertrack, y cómo uno se mete en un imponente ‘fregado’, asumiendo la imposibilidad del asunto y los innumerables frentes y dificultades existentes, tanto desde dentro como desde fuera. Con un estilo rápido y vivo, y divertido también, a este trabajo de Crespo sólo se le puede poner un pero: la brevedad porque seguro que las anécdotas atesoradas son muchas más. Pero también es elegante en evitar todo tipo de amarillismo y no entrar en el trazo grueso. Aunque sí, obviamente, se puede adivinar en muchas de las historias, y sus protagonistas, que nos cuenta Crespo que había mucho más detrás y que no los palos en la rueda de algunos artistas deben ser de órdago. No, no estamos ante grandísimos nombres de la música, como él indica y reconoce, su perspectiva además se ciñe a un estilo que no es mayoritario como es el Rock & Roll y sus expericencias se encuentran en salas de pequeño formato, así como otros lugares más ‘inhóspitos’. El libro se inicia con una conversación de Crespo con el gran promotor y pionero en España de estas cuestiones como es Gay Mercader. Mercader, que trajo por primera vez a nuestro país a muchos de los grandes, traza en unas pocas líneas la evolución de los conciertos y festivales y reflexiona sobre la delgada línea entre artistas y promotor, que también puede ser fan o seguidor de los mismos, para bien o para mal, y dejar de serlo tras conocerlos.
A continuación, Crespo nos cuenta cómo se metió en esta aventura y nos sitúa en numerosas experiencias, generando desde el principio una empatía por las situaciones que le tocan vivir a sus compañeros y él. De los éxitos a los fracasos, el libro como decíamos se devora y quieres más, destacando algunos de los parajes dedicados a Diamond Dogs, Howe Gelb, Marah (uno de los momentos más delirantes del libro, sin duda alguna, y entiendes la causa por la que esta banda se ha quedado por el camino), Ian Hunter, Buzzcocks, el pinchazo de Gary Louris (y de paso también nos confirma la impresión que tenemos de Mark Olson), la tormenta perfecta del día del también Jayhawk Tim O’Reagan, Allison Moorer y Steve Earle (sin comentarios, es mejor leerlo), o la actitud de Jonathan Richman, por no olvidar los dos momentos de ‘bandas tributo’, impagables. El epílogo, con el explícito título ‘El reverso tenebroso’, lo firma David Jiménez-Zumalacárregui, promotor de Heart Of Gold. En fin, que te pones en el lugar de Crespo y sus amigos y compañeros y entiendes que lo dejen en el momento que lo hacen.
Insistimos, una segunda parte no estaría mal para disfrutar todavía más del maestro Alfred Crespo, en un libro que es una delicia y que nos muestra el otro lado del mundo de la organización de conciertos, ese que no se ve, ese que es muy terrenal. Y lo dejamos con una de las experiencias que mejor funcionaron como son los suecos The Soundtrack of Our Lives.