Se lo ha tomado con calma el trío californiano antes de reanudar su carrera; cuatro años desde un último disco que no cosechó precisamente halagos pero que contenía, en general, mejores momentos que este ‘Wrong Creatures’. Puede ser suficiente para satisfacer a sus seguidores más fieles, a aquellos incondicionales que solo buscan una ración más de BRMC, pero el sentido crítico enseguida despierta ante esta entrega, demasiado lineal y carente de matices. Aún conservando la potencia y la épica oscuras que les hace reconocibles, no han sabido diferenciar las canciones en su mayoría ni singularizar este trabajo con respecto a una carrera que tristemente sigue sin remontar.
Abren con Spook, destacable la llaneza y sencillez de sus guitarras y su poderoso cierre. Le siguen el macabro synth-rock de King of Bones, de potencia algo fría que puede recordar a NIN y el suave estribillo de Haunt, alargada en un lento crescendo emocional. Echo introduce algún pequeño matiz como un bajo relevante y una épica que aún saben dominar y en la fría Ninth Configuration abandonan a su suerte un brillante riff antes de desatar la potencia al final, al igual que en la también demasiado larga Question of Faith, cuya profunda sección rítmica se pierde en la monotonía. Sin sorpresas en una atmosférica y opresiva Calling Them All Away que quiere remontar al final, antes de acelerar y endurecer el tercio (e introducir una armónica que ya se echaba de menos) con Little Thing Gone Wild. Los teclados distinguen Circus Bazooko, algo más delicada que el conjunto, antes de Carried from the Start, rock clásico y ruidoso en torno a un estribillo a destacar, y se despiden con la emoción también ruidosa y desgarrada que crece sobre el piano de All Rise.
Producido en su mayoría junto a Nick Launay (Arcade Fire, Nick Cave & the Bad Seeds), no hay novedad en el regreso de una banda ya consolidada pero que no renueva sus argumentos; su oscuro atractivo viene languideciendo en sus últimos trabajos y en este disco aparece con cuentagotas. Como otras bandas de su generación, por fortuna acumulan un repertorio suficiente (aunque su meollo cada vez quede más atrás) que, con las justas referencias al presente, puede completar un atractivo directo que esperamos disfrutar en el próximo Mad Cool para luego contarlo por aquí.