Bob Mould es uno de los iconos del Rock alternativo de Estados Unidos. Durante la década de los ochenta, fue uno de los protagonistas de la escena alternativa y underground que germinaría en el ascenso del Grunge con la década de los noventa. En ese proceso, Mould lideró unos Hüsker Dü que influyeron y abrieron el camino para Nirvana y compañía. Discos como Zen Arcade (1984) son seminales. Los Hüsker Dü se separaron en un lejanísimo 1988, poco antes de todo el estallido comercial de «lo alternativo» y Mould desarrolla su carrera en solitario desde 1989, con catorce discos con este Blue Hearts que nos ocupa. Mould publicó el año pasado Sunshine Rock pero, dentro de su compromiso ideológico, la situación de su país le llevó al urgente, rabioso y acelerado Blue Hearts que salió unas semanas antes de las elecciones de Estados Unidos, en un contexto caracterizado por toda la tensión, la confrontación y la desinformación de la era Trump. Mould no iba a permanecer impasible y ha traído un disco poderoso, urgente, contundente y con guitarras de Punk que se mezclan con su voz rabiosa, gritos de denuncia y de reacción contra una situación que se desbocaba. Mould ha creado un muy buen disco, corto, con canciones de poco más de dos minutos, alguna ni los completa, pero que te deja exhausto.
El comienzo es con la acústica y rabiosa «Heart on My Sleeve», que tiene un tono melódico y que se basa en la fuerza de su voz. Luego, enlaza con la soberbia «Next Generation», la mejor canción del disco, donde mete tralla con toda la guitarra Punk. Sigue en esa misma línea con las guitarras Punk en la poderosa «American Crisis», sobria y con furia. «Firefall» va reduciendo el tempo que va con un tono más melódico y tira con fuerza para «Forecast of Rain», donde pesa más la producción y un tono épica. En «When You Left» retorna al Punk Rock con una aceleración muy grande. «Siberian Butterfly» sigue en esa misma línea pero ahonda en el tono más melódico.
«Everything to You» ahonda en el tono más Pop y en «Racing to the End» apunta a una de las cimas del disco, con la contundencia del Punk Rock urgente en una canción de menos de dos minutos. «Baby Needs a Cookie» es una canción más Rock pero enérgica y en «Little Pieces» cambia a un tono más melódico, siendo las dos canciones menos logradas del disco junto con «Leather Dreams», que también es más épica y que cuenta con un punto más pesado. «Password to My Soul» regresa al punto melódico con la contundencia de las guitarras. El disco se cierra con «The Ocean», una notable canción más contenida que va creciendo a medida que avanza.
Gran disco de Bob Mould, insistimos en la contundencia de la propuesta, como siempre, guitarras Punk Rock de tiempos urgentes. Muy recomendable.