Vale, de acuerdo, lo sé, sé que Bunbury no cae bien a mucha gente y que tiene un tono entre arrogante y suficiente que puede resultar un fastidio. Pero eso no tiene que empañar lo que Bunbury es en realidad que no es otra cosa que uno de los principales referentes del panorama musical español. Su carrera en solitario llega a su noveno disco de estudio con este Expectativas que toma el relevo de su antecesor, el notable, urgente y muy pegado a la actualidad del momento Palosanto (2013). Bunbury hace mucho tiempo que tiene la libertad de hacer lo que le da la gana y ha ido construyendo un estilo propio que va modulando con matices. En Expectativas asistimos a algunas novedades como es la incorporación del saxofonista Santi del Campo, el saxofón se convierte en un elemento central del disco y le da un tono en ocasiones sombrío, conformando un trabajo áspero y con un punto experimental que vuelve a dejarnos un disco notable y con algunas canciones muy logradas. Y de nuevo destaca la formación que le acompaña, bautizada en esta ocasión como Los Santos Inocentes.
‘La ceremonia de la confusión’ comienza con ese sonido oscuro, con un saxofón que recuerda un poco al trabajo de PJ Harvey, con una letra interesante y un tono críptico, una buena carta de presentación a la que le sigue ‘La actitud correcta’, un buen tema que se inicia con un pulso Blues y que luego evoluciona hacia un sonido más épico con el saxofón de nuevo protagonista. ‘Cuna de Caín’ tiene un comienzo diferente y es un tema más ambicioso, lo cual igual lo resiente, pero funciona con las escuchas. Con ‘En bandeja de plata’ recupera el tono anterior, un sonido bien logrado y de nuevo una letra interesante. El tono más pausado llega a ‘Parecemos tontos’, aunque luego va ganando en intensidad para convertirse en uno de los más destacados del disco, saliéndose Bunbury con su interpretación. ‘Lugares comunes, frases hechas’ es un tema más accesible con un estribillo fantástico pero con un tono triste.
‘Al filo de un cuchillo’ es una de las canciones más oscuras del disco, es más dura con su intensidad típica y manteniéndose en la épica. Otro de los momentos destacados del disco es ‘Bartleby’, canción que tiene un comienzo más rockero con esas guitarras y esa intensidad de nuevo en el estribillo, demostrándose de nuevo que en ese sentido Bunbury se mueve como nadie. ‘Mi libertad’ es un medio tiempo más complejo en su instrumentación, un tanto ampuloso y en el que el saxofón le da un tono más sofisticado. La mejor canción del disco, en nuestra opinión, es para ‘La constante’, brillante con un Bunbury en plan cronner. Y el cierre es para ‘Supongo’, tema más ambiental, un cierre correcto en el que no falta la épica.
Nuevo trabajo de Bunbury que vuelve a situarse en una buena altura. Siempre tratando de reinventarse, de buscar nuevos horizontes, no es menos cierto que también tiene un patrón delimitado y reconocible. En Los Restos del Concierto siempre hemos apostado por su trabajo y no suele fallar, así que celebramos este Expectativas.