La experiencia de un vermú torero con Monserrat y León Benavente

Centro de la Cultura del Rioja, Logroño (La Rioja), Festival Actual, 3 de enero de 2014

Por primera vez en mi vida acudía a un «vermú torero» de Actual, uno de los acontecimientos consolidados en el festival y que, durante años, ha contado con un enorme éxito de público. Prejuicios míos, no estoy muy convencido del formato, aunque entiendo que el maridaje entre música y la degustación de vinos y pinchos puede funcionar. Pero, como digo, son más manías personales que otra cosa. Por otra parte, el espacio del Centro de la Cultura del Rioja, situado en pleno Casco Antiguo de Logroño, ofrecía un lugar interesante para este tipo de actividades, aunque su constitución podía lastrar el sonido. Obviamente, no son lugares diseñados para conciertos, y eso se nota. Así que allí nos plantamos para disfrutar de dos horas de buena música con Monserrat y León Benavente, dos propuestas diferentes. Y sí, el Centro de la Cultura del Rioja ofrecía un muy buen aspecto de público.

1398434_569268439811756_795443985_oLes tocó abrir fuego a Monserrat, banda donde milita a la batería nuestro amigo Pablo Magariños. Con un EP publicado en 2012 y un disco a punto de salir a través de crowfunding, Monserrat es una banda pop con aires intimistas. Sus canciones, muy centradas en la melodía, adivinan un futuro interesante. Lástima que, en su caso, el Centro de la Cultura del Rioja no favoreciese su sonido y que parte del público estaba al vermú y no a la banda, generándose un gran murmullo. Sin embargo, el grupo solventó estas situaciones con calidad y firmeza, con canciones que iban creciendo a medida que iba desarrollándose el set. Veremos a Monserrat en otros escenarios, donde su propuesta puede ser mejor disfrutada, pero no cabe duda que seguiremos a esta banda que promete canciones luminosas.

Tras media hora de vermú llegaba el turno de León Benavente, que presentaba su disco de debut, que ya comentamos en su día. Nos gustan cada vez más pero no estábamos preparados para lo que vimos. Y es que León Benavente nos dejaron en estado de shock, por lo menos al que esto firma. León Benavente tienen grandes canciones pero en directo suenan más potentes y directos, demostrando una calidad como músicos impresionante. Los temas ganaron dureza y la banda se entregó, empezando por su cantante Abraham Boba, que se comió el escenario; siguiendo por la sobriedad del guitarrista Luis Rodríguez; la efusividad del bajista Eduardo Baos; y especialmente el batería César Verdú, que literalmente demolió el Centro de la Cultura del Rioja.

índice Con una pequeña parte del público conocedora de los temas, y entregada, León Benavente fueron presentando casi todas las canciones de su disco, destacando las grandiosas «Ánimo, Valiente», «Estado Provisional», «Las Ruinas», «Revolución» y, especialmente, «El Rey Ricardo». Además, cayeron temas de otros trabajos como la muy celebrada «Todos Contro Todos». Y terminaron el concierto con «Ser Brigada», que culmina también su disco, en una explosión de fuerza que debió hacer vibrar todas las calles de alrededor.

En definitiva, dos conciertos muy interesantes, y muy diferentes, con unos Monserrat pausados e intimistas que precedieron a la tempestad que fueron León Benavente. Dos grupos a seguir que recuperan el pulso de Actual, que también era descubrir nuevas propuestas.

El tempo de The Black Crowes en Azkena 2013

ARF-2013-BSEl Azkena vitoriano ha alcanzado su décimosegunda edición en 2013, todo un mérito para uno de los festivales más atractivos de nuestra geografía. Durante estos años, Azkena ha contado con la presencia de grandes nombres del rock and roll, desde Bob Dylan a Pearl Jam, pasando por Wilco, The Black Crowes y una larga lista, que también incluye viejas glorias y nuevos descubrimientos. Sin embargo, la edición de 2013 ofrecía dudas cuando el cartel repetía a The Black Crowes, nada que objetar, contaba con The Smashing Pumpkies, luego lo comentamos, y tardaban en aparecer durante meses nuevos nombres. Las últimas confirmaciones señalaban a The Gaslight Anthem, que nos gustan mucho, como cabezas de cartel para el sábado 29, pero no nos parece que tengan todavía el estatus para encabezarlo. Otro detalle era la reducción de días, ya que Azkena se había centrado en tres jornadas. En definitiva, las perspectivas eran inquietantes. También hay que señalar que Azkena lleva años superado por su hermano BBK Live, más generalista y ecléctico, un festival que tiene otras dimensiones y objetivos, pero que en cierta forma le hace un poco de sombra.

Pero, volviendo a Azkena 13, nos fuimos a Vitoria el viernes 28 a ver a The Black Crowes de nuevo, ya habían triunfado allí en 2009. La llegada al recinto nos confirmó las sospechas de que el festival se ha reducido, más empequeñecido logísticamente en el recinto de Mendizabala. Una de las cuestiones que nos sorprendió es que había desaparecido el «dinero del festival», esas colas que tenías que hacer para cambiar euros por monedas y billetes del festival para comprar bebida y comida. Curioso, cuanto menos, este hecho, pero indicativo.

Azkena nos mostraba de nuevo la parroquia habitual que deambulaba por Mendizabala, con una media de edad ya entrada en años, incluso la presencia de niños era más habitual. Pero, cuando uno acude a Azkena se siente un poco como en casa, en un festival distinto, en el que priman esos sonidos que tanto nos gustan y que tan poco espacio tienen en medios generalistas.

DSCN1368 Cuando llegamos, poco antes de las 20:00 horas, estaban terminando en el segundo escenario una banda más metalera, The Sword, a la que tampoco prestamos mucha atención. A las 20:00 le llegaba el turno a M Clan, en el escenario principal, con un Carlos Tarque dominando la escena y desgranando canciones de sus dos últimos trabajos, fundamentalmente.

Los siguientes fueron Alberta Cross, un grupo nuevo de sonidos americanos al que poca gente hizo caso. Tocar antes de los cabezas de cartel tiene un gran riesgo ya que es el momento en el que la gente aprovecha para cenar y coger sitio. Que se lo digan a My Morning Jacket en el Azkena 06, cuando tocaron antes de Pearl Jam. Alberta Cross nos dejaron bastante indiferentes.

El plato fuerte eran The Black Crowes y a eso habíamos ido la gran mayoría. Aunque hace ya cuatro años que no publican material nuevo, desde el notable «Before The Frost…Until de Freeze» (2009), ver a The Black Crowes siempre es un lujo, siendo una de las mejores bandas de rock de las últimas décadas. Además, si tienes dos discos como «Shake Your Money Maker» (1990) y «The Southern Harmony And Musical Companion» (1992), pues ya has mucho ganado. La banda salió a escena muy puntual y pudimos comprobar con un inicio demoledor que están en muy buena forma. Y es que, si empiezas con «Twice As Hard», «Sting Me» y «Hotel Illness», poco que añadir.

A partir de ahí, casi dos horas de grandes canciones y de sus tradicionales jams en las que los virtuosos músicos de The Black Crowes se lucen, destacando de nuevo al impasible Rich Robinson y a su nuevo guitarrista Jackie Greene. Mientras tanto, Chris Robinson, igual de flaco que siempre, nos deleitaba con sus ya clásicos bailes, mientras algunas canciones, como «Thorn In My Pride» se alargaban. Parte de los temas que tocaron se ciñeron a sus dos primeros discos ya señalados, con la emotiva «She Talks To Angels», «Jealous Again» y el clásico «Remedy», que fue el fin del concierto. Por el camino cayeron la gran «Soul Singing», «Good Morning Captain», «Wiser Time», la agradecida «By Your Side», «Good Friday» y «Ballad In Urgency». Sin olvidar el cover de Traffic «Feelin’ Alright».

Había tiempo para un breve bis, ya sabemos cómo son los festivales, y allí la fiesta fue completa con su mítica versión de «Hard To Handle» de Otis Redding, que nos sorprendieron uniéndola al «Hush» de Billy Joe Royal, que hace unos años habían popularizado Kula Shaker. Hacía ya frío en la noche vitoriana pero la gente no paraba de moverse y bailar en el final del concierto de The Black Crowes, y nos quedamos con ganas de más después de un gran concierto.

El termómetro marcaba los 10 grados y parte del público abandonaba el escenario principal. Allí iban a tocar unos remozados The Smashing Pumpkies, encabezados por Billy Corgan, líder y único superviviente de la formación clásica que facturó discos referenciales de principios de los 90 como «Siamese Dream» (1993) y «Mellon Collie And The Infinite Sadness» (1995). Corgan fue uno de los iconos de la llamada Generación X, pero hace mucho que perdió el rumbo. Su concierto fue frío, intercalando sus clásicos como «Tonight, Tonight» o «Zero», con otros temas que dejaron al público apagado. Del concierto de The Smashing Pumpkies sólo nos quedamos con esas canciones que nos invitan a la nostalgia y al recuerdo.

Esperemos que Azkena siga con su filosofía ya que es un festival necesario. Todavía soñamos con que algún año aparezcan nombres como Neil Young, Tom Petty & The Heartbreakers o Foo Fighters. Sí, la crisis es dura y está complicado, pero son imprescindibles iniciativas como Azkena, en la que se vuelca toda una ciudad. Aunque la asistencia no ha estado a la altura de otras ediciones, casi 14.000 personas el primer día, y 25.000 entre las dos fechas, no nos cabe duda que todos los que fuimos disfrutamos y nos sentimos parte de esa comunidad que es el rock and roll.

Simplemente, «Fantástico»

Norma, Logroño (La Rioja), 22 de febrero de 2013

La gira de Love Of Lesbian (2013) recalaba en la capital riojana y conseguía un hecho no sólo inusual sino casi milagroso: colocar el cartel de «Agotadas Entradas». Y es que Logroño, y el conjunto de La Rioja, es un lugar complicado para esto de la música, que merece por sí mismo un estudio sociológico, pero tiempo al tiempo que todo llegará. Volviendo a LOL, el grupo se ha convertido en un fenómeno también a analizar en el mundo de la música, pero con una serie de matices que seguimos confirmando en sus conciertos. Y lo que vimos ayer en la Sala Norma no fue una excepción. Por una parte, de nuevo un público heterogéneo y completamente entragado a la banda, coreando todas las canciones, y resistiendo con fuerza el envite de un grupo en estado de gracia.

Fueron más de dos horas y media de concierto, que para nada se hicieron eternas. En este sentido, hay que agradecer a LOL la magnitud de este directo en términos cuantitativos, a diferencia de alguna experiencia reciente con otros grupos. En cuanto a lo cualitativo, teníamos ganas de ver la defensa de un disco complejo como es «La noche eterna/Los días no vividos». Y no nos decepcionó. LOL atacó casi todos los temas de este disco doble, tanto sus partes más melancólicas como las más divertidas, todo ello aderezado de temas clásicos de sus discos anteriores, con irrenunciable vuelta a 1999 incluida. Ojo, que las tentaciones de acomodarse son grandes, pero LOL demostraron que no, que además de grandes músicos y muy buenas canciones, tienen también los pies en el suelo. Lejos de mostrarse «endiosados» o distantes, LOL siguieron haciendo gala de humildad y conexión con un público, que también lo ponía fácil.

El concierto tuvo algunos problemas técnicos que no minaron su calidad. El comienzo con «La noche eterna» y la engrandecida en directo «El hambre invisible», presagiaba que esa primera parte iba a centrarse en su nuevo trabajo. Fueron cayendo temas como «Los seres únicos», «Belice» (muy mejorada en directo también), «Wio, antenas y pijamas», la esperanzadora «Si salimos de ésta», y la springtiniana «Nadie por las calles» (así la definió Santi, una apreciación que ya recogimos en nuestra crítica del disco). En esa primera parte del concierto se colaron las muy emotivas «1999» (junto a unos versos del «Por qué te vas» de Jeanette, los pelos de punta) y «2009. Voy a romper las ventas», una desnuda «Allí donde solíamos gritar», la soberbia «Las malas lenguas», el hit de «Club de Fans de John Boy». También entraron en la lista de temas «La niña inmantada», «Domingo astromántico» y «Los colores de una sombra».

Pero la fiesta no había hecho más que comenzar, a «Pizzigatos» le siguió «Miau» y luego la delirante «Me amo», que en directo es una auténtica gozada. Y la parte más gamberra se desató con «Si tú me dices Ben, yo digo Affleck», no hay que negarlo, todos nos hemos sentido así, seguida de «Algunas plantas». Y, posteriormente, «Los toros en la wii (Fantástico)», también impresionante. Fueron los momentos culminantes del concierto, con toda la sala bailando y pegando botes, algo que era bastante complicado por otra parte debido a que allí no cabía nadie más. Una fiesta de las de verdad.

No nos queríamos ir y hubo tiempo para un nuevo bis, más relajado y sentimental. «Los días no vividos» es una bella canción de su último disco que dio paso a «Incendios de nieve». Y aquí todo se convirtió en un enorme karaoke, con el publico más entregado si cabe, cantando y coreando el tema, uno de los clásicos ya de LOL. Llegó el final con «Oniria e Insomnia», el primer single de su último disco, otra preciosa canción de corte muy melancólico.

No había tiempo para más, acabamos todos exhaustos, convencidos cada vez más en la trascendencia de este grupo. Una banda generacional, pero de esas generaciones que superamos la treintena y nos encontramos en la frontera de los cuarenta, o superándolos. Puede que llegasen tarde a nuestras vidas, pero lo hicieron para quedarse, y sus versos son más necesarios que nunca: «Y al parecer nos sienta bien pelear. Justo al contrario, fortalece más» y «sí, saldremos de ésta». No lo dudéis, saldremos de ésta.