La vuelta de Sidonie

Sidonie se han convertido en asiduos y eso es de agradecer. Regresaban al Concept de Logroño, como hace casi dos años, concretamente el 28 de mayo de 2010, y de nuevo nos ofrecieron un buen concierto, solvente y muy divertido, también con un sonido que en esa sala no nos acaba de convencer, pero eso ya son cuestiones de acústica. Venían a presentar su último e interesante disco, «El fluido García» (2011), que como ya señalamos en esta misma página se postulaba como una vuelta a sus orígenes psicodélicos, aunque no nos quedaba tan claro.

Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pi volvieron a demostrar tablas, profesionalidad y una gran conexión con el público. A lo largo de casi dos horas de concierto, desplegaron casi todo «El fluido García» así como otros relevantes temas de sus existosos «Costa Azul» (2007) y «El incendio» (2009), sin olvidar sus anteriores hits de su época en inglés, destacando como siempre la fiesta que montan con «Feelin’ down». Las canciones de «El fluido García» ganaron en directo, sobresaliendo «Perros», «A mil años luz», «El bosque» y, especialmente, «Bajo un cielo azul», que interpretaron en acústico intercalando «Sylvia», una de nuestras canciones favoritas de «Costa Azul».

Precisamente de «Costa Azul», uno de los mejores discos de la música pop española de la última década, también cayeron «Los olvidados», «Giraluna» y «Nuestro baile del viernes», enlazando esta canción con «El incendio», con la que terminaron el concierto. Más relegado quedó «El incendio», a pesar de la presencia de la stoniana «La sombra» y la, para nosotros, incomprensible aceptación de «Un día más en la vida», que gusta mucho así que nosotros seremos los raros.

A pesar de la calidad de la propuesta y, como es habitual en nuestra querida ciudad, no hubo lleno ni mucho menos. Sí que el público asistente estaba entregado y disfrutó del concierto, pero da un poco de rabia que no haya una mayor aceptación de estos conciertos, cuestión que analizaremos en breve.

Una noche superlativa

Habíamos apostado a la noche del día 6 como el momento cumbre de Actual en el Palacio de los Deportes, y así fue. El concierto que ofrecieron primero Corizonas y luego Sharon Jones & The Dap Kings fue superlativo. Con casi lleno en el Palacio, fueron casi tres horas de música de verdad, de música con mucha alma y corazón. Dos bandas que llevaron al público a otro nivel.

Corizonas, la unión de Arizona Baby y Los Coronas, se ha ganado un gran hueco en la música española. Su propuesta, ya comentada en esta página web, se acerca a las raíces del rock americano en un numeroso combo capitaneado por Javier Vielba y Fernando Pardo, dos auténticos cracks del escenario. Con un público entregado desde el minuto uno, cuando comenzaron con «Hey Hey Hey (The News Today)», se fueron intercalando los temas de su disco «The News Today» con las versiones habituales. De sus canciones propias sonaron la gran mayoría de los que componen su trabajo conjunto, destacando «The Falcon Sleeps Tonight», «I Wanna Believe» y «Run to the River». También llegaron al público la mítica «Shiralee» de Arizona Baby y las versiones de «Wish You Were Here», «Supernaut», «Shakin’ All Over» y un largo etc. Los asistentes al Palacio no podíamos parar de bailar y cantar y parecía que aquello no tenía fin, pero lamentablemente llegó.

Eso sí, salir después de Corizonas tenía mérito. Pero confíabamos en Sharon Jones & The Dap Kings, y lo que siguió fue el complemento perfecto: una perfecta máquina de soul. Con una banda inmensa, Sharon Jones arrasó lo poco que quedaba del escenario y acabó con las fuerzas de los asistentes. Incluso subió gente al escenario para bailar con ella. También sin tregua, se fueron desgranando temas soul y funk, que tampoco parecían tener fin.

En definitiva, la noche del 6 de enero de 2012 es una de las mejores de la historia de Actual, un concierto que quedará en la memoria de los que estuvimos allí.

La apoteosis de Lori Meyers

Lori Meyers protagonizaron el, hasta el momento, concierto más destacado en el Palacio de los Deportes en este Actual 2012. La segunda parte del mismo fue un carrusel de grandes canciones que levantó el recinto. Antes, The New Raemon, había protagonizado un interesante concierto, teniendo en cuenta que en su inicio la concurrencia era escasa y que fue creciendo a medida que se acercaba la hora de Lori Meyers. Dentro de la etiqueta del «indie pop», The New Raemon es uno de los grupos más respetados. Y sus canciones sonaron bien en el Palacio de los Deportes, aunque la grandísima mayoría de los asistentes las desconocíamos. Trataremos de remediarlo.

A las 23:15, siguiendo la puntualidad británica de Actual, aparecieron los Lori Meyers ya ante casi tres cuartos de entrada, y un público entregado. Fue un concierto que transcurrió de menos a más y basado en «Cuando el destino nos alcance» (2010) y «Cronolánea» (2008). Si bien en su último disco habían derivado hacia un pop barnizado con elementos electrónicos, el concierto fue muy potente, con canciones que ganaron mucho con respecto al disco. A esto hay que añadir el carisma de su cantante, Noni, y el resto que echaron todos los integrantes de la banda. Así, en la primera parte del concierto destacó «Rumba en atmósfera cero», a medida que el público esperaba todos los «hits». Y estos llegaron a mitad del concierto, cuando entonaron su ya clásica «Luces de neón». A partir de aquí se sucedieron sus grandes canciones a un ritmo implacable, y que puso al Palacio de los Deportes a bailar y a cantar. Sonaron «Viaje de estudios», «¿A-Ha han vuelto?», «Mi realidad», entre otras, para terminar con una apabullante «Alta fidelidad». Con ganas de más, tras una hora de actuación, Lori Meyers habían dejado el listón muy alto.

Terminaba la jornada con The Pains of Being Pure at Heart, un grupo de New York respetado por la crítica y que se inscribe en el eclectismo pop de bandas como Animal Collective o Vampire Weekend, campeones en los últimos años de las temidas «listas de año». Nosotros aguantamos unos temas y, la verdad, nos dejaron bastante indiferentes. Este revisionismo de la new wave nos deja fríos, como lo que vimos del concierto.