«Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos» de Xavier Valiño

Conciertos homenajes en los que se juntaban Teo Cardalda, Pablo Novoa y Luis García, el disco de Iván Ferreiro Cena recalentada que ya comentamos en Los Restos del Concierto, y el libro de Xavier Valiño Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos (EfeEme). Golpes Bajos está siendo revisitado y puesto en valor y, aunque parezca mentira, para algunos está siendo un descubrimiento. Lo señalé en la reseña del disco de Iván Ferreiro, Golpes Bajos era algo muy lejano para mí, su trayectoria fue tan efímera que no dio tiempo a parte de una generación para conocerlos. Apenas fueron cuatro años, de 1982 a 1986, y a muchos lo que nos llegó fue Complices, el siguiente proyecto de Cardalda y, claro, pues todos los prejuicios. De Golpes Bajos sabíamos que eran gallegos, que Germán Coppini había estado en Siniestro Total y que contaban con dos de las mejores canciones de la historia del Pop español: «No mires a los ojos de la gente» y «Malos tiempos para la lírica». Y nada más, la verdad. Luego llegaría el encuentro fallido, muy fallido a tenor de los testimonios recogidos por Valiño, de la vuelta de Coppini y Cardalda en Vivo (1998), una revisión de sus canciones y otras nuevas que no aportaron nada, dejando de lado a Novoa y García, una herida casi imposible de cerrar. Coppini fallecería a finales de 2013, con una carrera que no obtuvo fuera de Golpes Bajos apenas reconocimiento, pero tampoco este hecho dio lugar en su momento a un encumbramiento del grupo vigués a pesar de numerosos homenajes como el que montó Iván Ferreiro en 2014 y en el que contó con García y Novoa.

Pero vayamos con el libro de Xavier Valiño, un gran trabajo en el que había algunos riesgos, especialmente el de dar la voz protagonista a los actores implicados. Este tipo de obras en no pocas veces caen en un exceso de personajes, de testimonios, etc., que impiden un buen seguimiento de las mismas. Sin embargo, Valiño lo solventa acertadamente al jugar con muy pocas voces: Cardalda, Novoa y García, los tres integrantes vivos y que llevan el peso de la historia por un lado; personajes en un segundo plano pero que estuvieron en la trayectoria de la banda como Eugenia López, road manager de la misma y pareja de Coppini en aquellos años; Jorge Barros que fue músico en directo y amigo; María Pacheco, hija de Mario Pacheco de Nuevos Medios que fue su discográfica; Paco Navarro, fotógrafo del disco A Santa Compaña; y Pito (Ignacio Cubillas), de su agencia de representación. También aparecen los testimonios en medios de Mario Pacheco. En el caso de Coppini, su historia la ha construido de forma fantástica Valiño a través de las numerosas entrevistas recopiladas y recogidas, una labora de búsqueda y análisis que hace muy presente a un Coppini que se muestra muy coherente en sus respuestas a pesar de los años pasados. Evidentemente, la perspectiva de Cardalda, Novoa y García es muy diferente, hay una mirada al pasado desde el momento actual y desde una reflexividad muy clara.

Escenas olvidadas muestra cómo se forma el grupo, las personalidades de los cuatro integrantes donde Coppini y Cardalda eran el centro, el contexto de un Vigo de finales de los setenta y comienzos de los ochenta que era periferia (en realidad casi todo era periferia) y su relación con la propia Vigo y Galicia, el éxito, la vinculación con la Movida y sus diferencias con ella, y los choques de egos y disputas que pusieron el punto final a la banda. Unos testimonios que también nos contextualizan una época. Valiño indaga en las trayectorias de cada uno tras el fin de Golpes Bajos, de un Cardalda que llega al éxito con Cómplices a un Coppini que se queda en el «underground». Un Novoa que sigue en la música, aunque termina su carrera, y que va consolidándose siempre en un segundo plano. Y un García que prácticamente deja la música hasta 2014. También debemos decir que en los testimonios no hay lugar para las medias tintas, al contrario, no se dejan nada ni tampoco esas heridas abiertas, que se recrudecieron con el ya comentado Vivo.

En fin, imprescindible este Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos de Xavier Valiño en el que cuatro jóvenes de Vigo, apenas unos veinteañeros (sólo hay que ver las fotos), escribieron una página imprescindible y olvidada durante mucho tiempo del Pop español. Una banda ecléctica que supo aunar muchas influencias y hacer canciones irrepetibles, no sólo los dos clásicos ya mencionados sino «Cena recalentada», «Fiesta de los maniquíes», «Lágrimas», «La reclusa», «Desconocido», «A Santa Compaña», etc., con unas letras fruto del mundo personal de Coppini, unas canciones que no han envejecido para nada. Ya lo dijo Rafa Sarralde en Facebook, Golpes Bajos fueron nuestros Smiths. Y tanto.

«Freak Scene» de Richard King

La editorial Contra publicó el año pasado la traducción de Freak Scene. Los chalados e inconformistas que crearon la música independiente (1975-2005) de Richard King, consagrado al recorrido de los sellos independientes británicos que alumbraron una escena musical que ha marcado a diferentes generaciones. King también fue integrante de la misma, fundó un pequeño sello discográfico, y realiza un extenso y minucioso recorrido basado mayoritariamente en los testimonios de sus protagonistas. El libro es apasionante en varios sentidos, por una parte porque son sellos y artistas que alcanzaron una grandísima notoriedad y éxito y de los que salieron auténticos iconos de la música popular. Pero, por otra parte, no deja tampoco de mostrar las enormes contradicciones en las que incurrieron sus protagonistas, muchas de ellas derivadas de una elevada falta de profesionalidad por algunos de ellos, así como por cuestiones vinculadas a la autenticidad, la independencia y no «caer en las garras de las majors» y dejarse guiar por lo que mandaba el mercado e incluso el querer vender discos. Obviamente, todo ello en un contexto muy determinado, la escena musical británica de las tres décadas contempladas, así como su vinculación desde finales de la década de los ochenta con la escena alternativa norteamericana. Unas páginas que transmiten sonidos de guitarras pero también electrónicos, no hay que olvidar el crecimiento de esa escena desde la segunda mitad de los ochenta.

Freak Scene es un libro bien construido, sus capítulos son coherentes y tienen una evolución lineal, aunque no es menos cierto que por momentos puede ser apabullante por la cantidad de protagonistas que existen, tanto de sellos como de artistas. También en ocasiones es necesario pararse a analizar el proceso de producción y distribución de los discos, lo cual genera situaciones como las de uno de los grandes protagonistas del libro como es el mítico Rough Trade de Geoff Travis. Junto a ellos, la Factory de Tony Wilson, Mute de Daniel Miller, 4AD de Ivo Watts-Russell, Creation de Alan McGee o Domino de Laurence Bell, entre otros muchos. Sellos que, como decíamos, están vinculados a un contexto, en no pocas ocasiones muy local (Manchester, Sheffield, Glasgow y, por supuesto, Londres), y a las peripecias vitales y a las motivaciones, ambiciones, aspiraciones e inquietudes de sus protagonistas. Visionarios muchos de ellos pero también imbuidos en un mundo de excesos. Y sellos y A&R que serían sinónimo de calidad. En este proceso también tendría mucho que ver, especialmente en sus inicios, la filosofía del DIY (Do It Yoursefl / Hazlo tú mismo) heredado del Punk, así como una cierta concepción artística, aunque había de todo.

Un repaso sin concesiones a la historia de la música independiente (sí, ya sé que es una categoría muy vilipendiada) con destacada presencia de bandas como Joy Division, New Order, The Smiths, Cocteau Twins, Echo & The Bunnymen, Depeche Mode, Pixies, The KLF (uno de los mejores momentos sin duda alguna de todo el libro), el BritPop (que sale bastante mal parado, la verdad), Primal Scream, Pulp, The Strokes, The White Stripes, The Libertines, Franz Ferdinand y Arctic Monkeys, momento en el que termina el libro cuando la industria musical ha entrado en una crisis sistémica que se menciona. Y todo ello también con las majors tratando de aprovechar el tirón bien sea a través del fichaje de estos artistas y bandas o bien creando escenas que «inflaban» el mercado. Aunque está crítica también se hace extensiva a las propias indies en algunos momentos, a través de algunas decisiones que tomaron complicadas. Y también se presenta de manera crítica el papel de los medios de comunicación británicos, especialmente revistas como NME Melody Maker, aunque se pone en valor la figura de John Peel, el mítico DJ de la BBC.

https://www.youtube.com/watch?v=frIUgilfsWA

Freak Scene se disfruta bastante y ayuda a entender las luces y sombras de esa escena «indie», al fin y al cabo parte de nuestra socialización musical viene de ese ámbito. Aunque reconoce el valor de la misma, se agradece que King no entre en procesos de mitificación o en lecturas hagiográficas, al contrario.

«Víctima de mi hechizo – Memorias de Nina Simone-«, de Eunice K. Waymon

Era mediados de los ochenta y éramos unos adolescentes que estábamos descubriendo la música desde los canales que entonces existían, especialmente la radio y la televisión, con aquellos programas musicales que iban desde Tocata a Rockopop pasando por A Tope. No recuerdo dónde fue, la verdad, pero hubo un vídeo que tuvo mucho éxito en el año 1987. Realizado con figuras de plastilina, «My Baby Just Cares For Me» de Nina Simone alcanzó bastante visibilidad, una canción que Simone había grabado décadas antes, concretamente en 1958, y que regresaba a la actualidad. Entonces, claro, no teníamos ni idea de quién era Nina Simone ni de su significado para la historia de la música, especialmente en el Soul, el Jazz, etc., porque aunque «My Baby Just Cares For Me» tenía un claro tempo jazzístico, su carrera sería mucho más diversa y amplia. Luego tampoco supimos mucho más de Nina Simone, y tampoco recuerdo mucho de su fallecimiento en 2003, aunque el tratamiento del mismo le situó en un lugar preeminente por su trascendencia e influencia. Acaba de llegar a nuestras librerías, y de la mano de una nueva editorial como es Libros del Kultrum, Víctima de mi hechizo – Memorias de Nina Simone – , firmada por la propia Simone con su nombre, Eunice K. Waymon, y con la colaboración de Stephen Cleary. Publicado originalmente en 1992, cuando la figura de Simone regresaba con fuerza, nos muestra la interesante vida de Simone contada en primera persona, una vida marcada por diferentes etapas y situaciones, contada en primera persona con una prosa directa pero elegante y con clase, como era la música que hacía e interpretaba Simone.

La primera parte de sus memorias, para mí la más destacada, hace referencia a su infancia y adolescencia en el Sur de Estados Unidos, concretamente en Carolina del Norte, en una familia numerosa muy religiosa, las figuras de sus padres son poderorísimas, marcada por el impacto de las consecuencias de la Gran Depresión y, obviamente, por la segregación racial. Pero Eunice Waymon pronto va a encontrar su camino en la música y se preparará a conciencia en la meta de ser la primera concertista de piano negra, en un recorrido durísimo con toda la presión tanto familiar como de su comunidad sobre Eunice. Es una primera etapa fascinante en la que nos muestra a una Eunice que todavía está muy lejos de ser Nina Simone.

La segunda parte se centra en su traslado a Nueva York y a Filadelfia, en cómo su objetivo alcanza otras sendas, comienza a tocar en clubes, y logra el éxito convertida en una intérprete prodigiosa. Es el despertar de Nina Simone y es su involucración activa en la lucha por los Derechos Civiles, que ocupa buena parte de la parte central de sus memorias. Es también el momento de tomar decisiones, no tiene mucha suerte con sus relaciones de pareja tampoco, y las presiones del éxito, la fama y la exposición pública le van a pasar factura. También en todo el proceso aparece la relación con sus padres, la decepción con su padre y el peso de una madre vinculada a la religión, deudora Simone de una ética que será clave para su triunfo, aunque también con sus limitaciones.

Finalmente, en la tercera parte nos encontramos el periplo que Simone realiza tras dejar Estados Unidos, cansada de la situación de los Derechos Civiles, de un matrimonio fracasado, de ciertos problemas legales con el fisco, etc., que le llevará a Barbados, Liberia, Suiza y Francia. Sigue siendo una estrella y un icono, incluido sobre el empoderamiento de la mujer, aunque también Simone sigue buscando la estabilidad y la seguridad. Al final, el reconocimiento, que nunca se había ido, retorna.

Fantásticas y muy recomendables las memorias de Nina Simone, muy bien contextualizadas en las diferentes etapas que vivió esta imprescindible artista, que personifica la clase y la elegancia.