Recién llegados al universo de Alt j tenemos poco que añadir en cuanto a su controvertida originalidad y trascendencia, si acaso nos queda la impresión de que no son tan excéntricos como parecen y que más allá de la primera impresión la sorpresa deja de tener efecto. Aparte de esto, el ahora trío formado en Leeds, no dejan de ser unos músicos que manejan la emoción con habilidad y que transmiten su supuesta complejidad con un resultado de lo más agradable.
En este tercer disco presentan las ocho canciones sin interludios ni extractos, lo que lo hace menos conceptual y le resta diferencia y unidad, aislando cada una de las piezas. Entre las destacadas está 3WW, una suerte de folk crepuscular en sus partes inicial y final, de sonido algo más reconocible en la central, que cuenta con la aportación vocal de Ellie Rowsell (Wolf Alice) y cuyo precioso video parece basado en el ‘Pedro Páramo’ de Juan Rulfo. También destacada, In Cold Blood introduce algo de ritmo y energía y precede a la libérrima versión de House Of The Rising Sun, la canción popularizada por The Animals en los sesenta, que les resulta demasiado lineal. En una especie de aseado sonido garaje se presenta Hit Me Like That Snare antes de que la intensidad electrónica regrese en Deadcrush, en la que recuperan algunos de sus característicos ejercicios vocales (nasalidades, falsetes, trabalenguas…) con brillantez. Poco a poco la inicialmente calmada Adeline se va cargando de emoción y Last Year, en la que colabora la cantante folk inglesa Marika Hackman, suena tradicional y orgánica aunque también algo monótona. El cierre lo pone el sonido más clásico de las cuerdas en Pleader, con juegos vocales y coros comunitarios finales.
Buen disco, al igual que los dos anteriores, entretenido y de aceptables efectos ambientales en el que es apreciable un intento por variar la fórmula aunque con irregular resultado. Más originales en su parte folk y menos innovadores en los pasajes electrónicos, el disco contiene buenas canciones pero no hits como en sus trabajos previos, y es previsible una menor relevancia que la que obtuvieron con estos, a pesar de lo cual sigue siendo particularmente agradable la experiencia de escucharles.