Para muchas personas, R.E.M. comenzaron a existir en 1991 con Out of Time, «Losing my Religion» y «Shinny Happy People». Obviamente, en Estados Unidos ya contaban una presencia importante, especialmente en el circuito más underground y vinculado a emisoras universitarias, pero aquí, todavía recuerdo la impresión de ver algún vídeo de los primeros 80 de R.E.M. con un Michael Stipe ¡con melena! Estos días, R.E.M. han vuelto a sonar con su clásico «It’s the End of the World As We Know It (And I Feel Fine)» a raíz de la crisis desatada por el Covid-19. Perteneciente a Document (1987), el que fue su último disco de estudio para el sello I.R.S., antes de pasar a Warner con Green (1988), marca un punto final en esa etapa de los de Athens forjada a partir de cinco grandes discos que tuvieron repercusión en los circuitos alternativos y universitarios y que les llevaron a ascender de categoría. R.E.M. se fueron consolidando como una banda de éxito en esa década, pero no habían llegado al «gran público» por decirlo de alguna manera, aunque eran profesionales en el sentido de que vivían de su carrera musical e incluso este disco fue grabado en Londres. Con Fables of the Reconstruction (1985), Stipe, Buck, Mills y Berry alcanzaban su tercer largo tras Murmur (1983) y Reckoning (1984), es decir que iban a disco por año. Nos encontramos con un disco en el que siguen construyendo su sonido pero aquí tiene matices más oscuros, puntos más barrocos y sombríos, de hecho el disco es definido como de temática y sonido del Southern Ghotic, aunque también están los chispazos de Power Pop y hay reminiscencias de ese sonido Post Punk reciclado vía New Wave, pero R.E.M. ya iban por delante. Eran inconfundibles y este Fables of the Reconstruction era otro paso más. Sí, muchas de estas canciones no tuvieron el reconocimiento y el éxito de otras posteriores, pero siguen sonando urgentes y actuales.
Como la sombría «Feeling Gravitys Pull» que da comienzo al disco, tono dramático con la voz de Stipe en primer plano, las guitarras ascendentes y un final basado en las cuerdas. Sigue el tono melancólico con «Maps and Legends», que también cuenta con cuerdas, y en la que destaca la superposición de voces tan característica entre Stipe y Mills. «Driver 8» es una de las cimas del disco, una canción con retazos del Power Pop aunque el bajo de Mills es muy Post Punk. En «Live and How to Live It» siguen esas dinámicas, aunque aquí tiran más hacia el Folk que también está presente dentro del disco, aunque pasado por su estilo y su aceleración. Otra canción extraordinaria que da paso a un retorno al poso más sombrío del comienzo con «Old Man Kensey», sonido de nuevo influenciado por el Post Punk del paso de los setenta a los ochenta, con el bajo de Mills como eje vector, aunque esa guitarra de Buck y la batería de Berry le dan un tono angustioso. Y llega otra de las cimas del disco, en esta ocasión basándose en lo que sería el canon de R.E.M. con «Can’t Get There From Here», esas guitarras que se aceleran al final son una maravilla, ese tono Pop, ese saxofón del cierre y el contrapunto de las voces entre Stipe y Mills.
La segunda parte comienza con «Green Grow the Rushes», un medio tiempo basado en las guitarras. «Kohoutek», el nombre de un cometa, es una vuelta al comienzo del disco, tonos más oscuros, Stipe canta en falsete incluso, y Buck se impone con la guitarra. «Auctioneer (Another Engine)» cambia el tempo del disco, la batería de Berry es muy Punk y Stipe le da a su voz un mayor punto dramático, es una canción muy ecléctica que también tiene algunos apuntes de la New Wave. «Good Advices» es un medio tiempo melódico y tranquilo y se cierra el disco con la preciosa «Wendell Gee», una canción lenta con una instrumentación más pausada, las voces de Stipe y Mills junto con el banjo de Buck, y esas cuerdas que le dan un tono delicado.
Como decíamos, Fables of the Reconstruction significó un paso más, llegaron al 28 en las listas de Estados Unidos y estaba claro que los de Athens estaban yendo paso a paso, pero muy firmes. En Los Restos del Concierto, que somos muy de R.E.M., celebramos el treinta y cinco aniversario de este disco. ¡Cómo se les echa de menos!