Cada vez sorprende menos la habilidad con la que algunos músicos actuales (Mark Oliver Everett, Dean Wareham) se adentran en su faceta literaria hasta el punto de configurar una especie de subgénero e incluso promover el nacimiento de editoriales especializadas. Son muchas las destacadas biografías de músicos, especialmente estrellas del pop y del rock, lanzadas en los últimos años, los ensayos sobre movimientos y corrientes generacionales, las recopilaciones de destacados articulistas o los simples testimonios de una melomanía que ha encontrado en la literatura una forma más de expresarse.
Una de las referencias más completas e informadas entre las editadas de unos años a esta parte ha sido la escrita por el veterano ex-líder de Talking Heads David Byrne y su libro ‘Cómo funciona la música’, suerte de manual en el que el escocés nacionalizado estadounidense vierte sin mesura los abundantes conocimientos musicales que ha ido adquiriendo en su dilatada carrera y los desarrolla desde las más variadas vertientes: desde la histórica hasta la técnica pasando por la cultural o la científica. Para ello se sirve, además de su propia experiencia, de un intenso trabajo de documentación e investigación cuyos por momentos abrumadores resultados completan el recorrido que el autor abre con sus inicios como músico y que atraviesa sin aparente orden las múltiples y variadas facetas que se propone dominar y exponer.
Lo que Byrne transmite en este libro es pura erudición que no proviene solamente de su experiencia personal sino que es el resultado de años de investigación y asimilación por parte de una mente abierta e independiente como la suya. El libro comienza con el capítulo dedicado a la creación musical, a la forma en que influye el entorno en ella así como los diferentes métodos y técnicas de grabación y difusión antes de iniciar un repaso a su carrera musical desde sus inicios anteriores a Talking Heads hasta su consagración como banda y posterior carrera en solitario con sus múltiples proyectos y colaboraciones. A continuación amplía la información sobre el imparable desarrollo de las técnicas de grabación hasta detallar la influencia que la informática y la tecnología tienen en las nuevas formas de composición así como el ahorro que suponen y las facilidades que aportan a la hora de componer y grabar. También explica cómo se graba un disco y los diferentes métodos que existen para ello y las formas de colaboración con que se pueden llevar a cabo. Especial interés tiene el práctico capítulo que dedica a las opciones de contratación que un artista tiene a la hora de distribuir su trabajo. Tomando como ejemplo el CBGB y la escena neoyorquina de mediados de los setenta en la que se fraguó su carrera profundiza en el capítulo ocho en los elementos comunes y necesarios para que una escena musical sea reconocida.
A medida que se acerca el final del libro se acrecienta la sensación de desorden por la distribución de los capítulos (algo que en el prólogo ya queda advertido al decir que permite un orden de lectura aleatorio) en los que vuelca conocimientos, reflexiones y curiosidades varias, demasiado extensamente en algunos casos como el científico, lo que no resta mérito al enorme trabajo que se adivina detrás de la ingente información transmitida. Sorprende por tanto la profusión de conocimientos y datos así como la minuciosidad con la que está escrito el libro hasta el punto de causar asombro que la de escritor no sea la verdadera profesión de su autor (no olvidemos que no es el primer libro de Byrne). El resultado es de especial interés para músicos en ciernes así como para aficionados con curiosidad por conocer algunos variados entresijos de la industria, historia y creación musicales presentados de una forma amena.