He aquí el caso de una banda que ha vendido millones de discos y se ha convertido en una de las más importantes de eso que se llama el ‘Rock de Estadios’. Pero la historia de Kings Of Leon es un camino que va desde una supuesa autenticidad a prácticamente convertirse en ‘fashion victimins’ a partir de su tercer disco. Una trayectoria curiosa que nos lleva desde sus inicios, en los que prácticamente se les presentaba como salvadores del rock sureño, junto a unos australianos llamados Jet (¿os acordáis?) a unas últimas entregas más planas, aunque para los de Pitchfork nunca fueron nada del otro jueves.
Vayamos por partes. Comienzos del siglo XXI, unos jóvenes, muy jóvenes procedentes del sur más profundo de los Estados Unidos debutan con un disco llamado Young & Youth Manhood (2003), cuyas canciones ya habían aparecido en EPs publicados meses antes. Son tres hermanos (Caleb, Nathan y Jared Followill) y su primo Matthew. En esos momentos, sus edades van de los diecisiete años de Jared al bajo a los veinticuatro de Nathan. Y todavía hay más, el padre de los hermanos Jared, Ivan Leon, es pastor de una iglesia protestante. Criados entre Oklahoma y Tenneesse, se presentan con una imagen desastrada, muy de los 70, con un aspecto que no tendrá nada que ver con su evolución posterior. Su disco suena a Southern Rock de toda la vida, contundente, con toques Blues y Garage, emparentado con The Allman Brothers. Producidos por Ethan Jones (Ryan Adams, Counting Crows, The Jayhawks, etc.), ahí quien los presenta como unos nuevos The Black Crowes, algo exagerado. Pero con canciones como ‘Wasted Time’, ‘Molly’s Chambers’ y sobre todo ‘Red Morning Light’.
Con una voz particular, la de Caleb, y unas canciones que en ocasiones suenan toscas, consiguen hacerse un hueco y buena parte de la crítica los mira con buenos ojos, y es que elementos de autenticidad no les falta. Unos chavales, casi unos adolescentes, con unos mimbres como los que muestran Kings Of Leon, parecen decir que una parte del futuro del Rock está aquí. Hacen ruido pero donde consiguen su mayor triunfo es en Reino Unido, alcanzando el número 3 en las listas. Y no tardarán en colocar su segundo disco, Aha Shake Heartbreak (2004), un trabajo donde siguen con sus constantes pero que muestra una mayor diversificación, hay está el caso de ‘The Bucket’, y temas como ‘King of Rodeo’ o ‘Pistol of Fire’. Vuelven a tener más éxito en Reino Unido, de nuevo en el 3, y avanzan algo en Estados Unidos, pero todavía están lejos de ser masivos. La crítica los recibe de nuevo bien, salvo Pitchfork que no se fía, pero parecen desinflarse en lo que hacía referencia a la gran esperanza del rock sureño, aunque repiten con Ethan Jones y Angelo Pretaglia en la producción. Y también hay cambios estéticos, se suaviza un poco la imagen que mostraban en sus primeras imágenes correspondientes a su debut.
Pero el gran cambio vendría a partir del tercer disco, cuando se abre una nueva etapa para Kings Of Leon. Parecía que la banda se situaba en una especie de tierra de nadie, y que se desvanecía su propuesta basada en las raíces. Aunque mantuvieron productores, el sonido de Because of the Times (2007) les situaba en otras direcciones, la voz de Caleb aparecía más nítida, el sonido más pulido, y tocaba otros puntos más Rock comercial o incluso Pop. Además, su estilo se iba perfilando, alejándose ya de la estética de sus recientes inicios. El disco logró el 1 en el Reino Unido mientras que en Estados Unidos iban alcanzando más popularidad gracias a temas como ‘On Call’, ‘Charmer’, ‘My Party’ o ‘Fans’, aunque el disco es irregular y no acaba de convencer.
Pero el gran pelotazo de Kings Of Leon vendría con su cuarta entrega, confirmándose como una banda mainstream y aspirando a jugar la misma liga que Coldplay o Muse, por poner dos ejemplos. Fue con Only By The Night (2008), un disco masacrado por parte de la crítica y en el que ya no estará en la producción Ethan Jones, permaneciendo Lapaglia y retornando Jacquire King. Aquí, los Kings Of Leon apuestan a caballo ganador y hacen una serie de canciones pegadizas y que van a conquistar al público. Temas como ‘Use Somebody’ y ‘Sex on Fire’ se convertirán en los más populares de los Followill, acompañando a otros como ‘Crawl’ o ‘Notion’. Se suman a ese Pop-Rock de estadios, con su punto épico y temas para corear, con sus reminiscencias de décadas pasadas. Parecen otra banda en todos los sentidos y, como decíamos, les sale tan bien que venden millones de discos y son de nuevo número 1 en Reino Unido y, lo más importante, 4 en Estados Unidos. Éxito consolidado y un peldaño más en la carrera de Kings Of Leon.
Aunque han perdido la autenticidad, el listón lo habían dejado muy alto, y pese a llegar a conseguir de nuevo el 1 en Reino Unido y ascienden al 2 en Estados Unidos con Come Around Somedown (2010), este trabajo se puede calificar de insustancial, y la crítica tampoco tuvo piedad. Y eso que reconozco que su primer single me hizo gracia, ‘Radioactive’, pero retomando el disco para este artículo me sigo encontrando con un trabajo que tampoco me dice mucho. El inicio, ‘The End’, quiere mostrar algo pero se queda en casi nada, y poco más, salvando ‘Beach Side’… Es un periodo también complicado para la banda, con Caleb con graves problemas de alcoholismo que obligan a la banda a suspender su gira en 2011 ante las evidente muestras de la situación en directo.
Con Caleb recuperado, Kings Of Leon publicaron Mechanical Bull en 2013, repitiendo posiciones con respecto a la entrega anterior, pero con menos ventas. No podemos decir mucho de este disco, ya no le prestamos atención en su momento, y es que tras Come Around Somedown borramos a Kings Of Leon de la lista de novedades a tener en cuenta. No sé si nos hemos equivocado, a tenor de ‘Supersoaker’ o ‘Wait For Me’, creemos que no. Esta es la historia de unos Kings Of Leon que protagonizaron uno de los cambios más drásticos de la última década. Puede que nunca fuesen auténticos, en el sentido de representar esos valores musicales que mostraron en sus dos primeros discos, puede que su viraje fuese una apuesta que venía del mayor de los convencimientos, y nosotros ya hemos dicho que entendemos que la gente experimente, cambie o lo que sea, faltaría más, pero Kings Of Leon se convirtieron en una banda que no aporta mucho pero, debido a su gran éxito, los equivocados seremos nosotros. Ahora bien, puestos a elegir, los del principio: