Hasta hace unos años, en el periodo previo a la universalización de las TIC, era habitual que nos perdiésemos artistas imprescindibles. Ahora también, Internet no es garantía de que todo lo que se está haciendo esté en la red, pero es una obviedad que es más fácil y que cualquiera puede colgar sus canciones, que existen muchas vías para llegar a grupos y música que antes quedaban en el limbo. O que triunfaban en otros lugares y que aquí, nuestra excepcionalidad, no podías conocer salvo que algún amigo tuviese la MTV. Y también en Radio 3, claro.
El caso que nos ocupa es paradigmático y los miembros de este blog lo hemos comentado en mil ocasiones: The Jayhawks. Pongámonos en situación. Era la década de los 90 y en España sonaba en las radios y televisiones comerciales, porque aún había programas de música en la televisión, la música comercial de nuestro país, la corriente denominada grunge, y ya a mediados de la década el neopunk comercial (Offspring, Green Day) y el brit pop. Más y más etiquetas. En esos momentos, y contracorriente, un grupo se hacía un pequeño hueco en EEUU. The Jayhaws procedían de Minnesota y llevaban en la música desde 1985. Sustentados en dos personalidades creativas como Gary Louris y Mark Olson, uno más escorado al pop y otro al folk, pero ambos compartiendo una habilidad pasmosa para crear bellas melodías, nos encontramos ante uno de los duos compositivos más importantes de la música popular.
Como decía, iban contracorriente. Evidentemente, no encajaban en el final del rock angelino ni en el distorsionado guitarreo del grunge. La imagen de Mark Olson con su guitarra acústica no tenía nada que ver con la de un, por ejemplo, Kurt Cobain. Tras dos discos que pasaron sin pena ni gloria en los 80, The Jayhawks entran en los 90 con dos obras capitales: «Hollywood Town Hall» (1992) y, especialmente, «Tomorrow the Green Grass» (1995), para nosotros uno de los mejores discos de los 90.
Bien, en estos momentos tengo que decir que, y a pesar de devorar periódicos y revistas de música, de pasarme horas y horas en tiendas de discos, no recuerdo en la primera mitad de los 90 leer o escuchar alguna canción de The Jayhawks. Seguro que en algún lugar aparecieron, pero no vi ningún vídeo en televisión ni ninguna crítica en periódicos y revistas, que yo recuerde.
Si bien es cierto que estuvieron en el lugar equivocado en el momento menos adecuado, la posterior etiqueta del «americana», con Ryan Adams a la cabeza, les tocó en un escenario muy diferente de la banda. Y es que eran mayores con respecto a Uncle Tupelo y Wilco, Whiskeytown también quedaban lejos, y Mark Olson había dejado el grupo tras «Tomorrow The Green Grass», para cuidar a su esposa enferma, la cantautora Victoria Williams. Con Gary Louris al frente, y sin dejar de perder su estilo, la banda se escoró más hacia el pop, creando discos brillantes como «Sound of lies» (1997) y «Rainy Day Music» (2003), sin olvidar el fallido «Smile» (2000).
Cuando el «americana» se hizo un hueco a comienzos del siglo XXI, numerosos grupos y cantantes citaban como una de sus grandes referencias a The Jayhaws, y decidimos investigar. Así, nos enamoramos de golpe de este grupo y sus grandes canciones, y todavía no paramos de pensar en porqué no los conocimos una década antes, ese tiempo que perdimos. Vimos a Gary Louris en el Antzokia de Bilbao en 2008, a la reunión de la formación de «Tomorrow The Green Grass» en el Azkena de 2008 en Vitoria, y a Mark Olson en la sala Modus de Logroño ante menos de 50 personas. También asistimos a su último disco, «Mockingbird time» (2011), como una pequeña decepción, esperábamos más. Eso sí, estos últimos años, en un acto de justicia poética, The Jayhawks han sido reivindicados, han ocupado las páginas que no tuvieron en los 90, aunque son otros tiempos, mucho más fragmentados, y seguro que siguen siendo unos auténticos desconocidos para la mayoría. Pero, esperemos que haya servido para que, como nos pasó a nosotros, otras personas hayan descubierto a uno de los mejores grupos de la Historia, y lo decimos conscientemente.
Nos es difícil elegir una sola canción, así que nos quedamos con la que puede ser su tema más popular, «Blue» (1995), una joya.