Editors es uno de esos grupos a los que tampoco les hemos prestado atención. Pertenecientes a la corriente de grupos británicos que salieron en la primera década del siglo XXI, con Franz Ferdinand, Kaiser Chiefs, Bloc Party, Kasabian, entre otros, y, prácticamente a la par, Arctic Monkeys, el estilo de Editors tampoco encajaba exactamente entre unos y otros. Llega Black Gold, recopilatorio de la formación que supone nuestro primer acercamiento a su música. Con la voz de Tom Smith, que es uno de los aspectos más característicos de la banda, y tras seis discos de estudio, desde su debut con The Black Room (2005) hasta Violence (2018), lo que nos muestra este recopilatorio es la capacidad de Editors para ser una banda «Zelig», parafraseando la mítica película de Woody Allen. Y es que Editors no sólo encajan en el Post Punk sino que se mimetizan por momentos con U2, Coldplay, Joy Division o sus coetáneos Interpol, de los que no están muy lejos, sin olvidar ramalazos de New Order, Depeche Mode e incluso Nick Cave & the Bad Seeds. Black Gold muestra algunas canciones que son hits instantáneos con otras más irregulares, aunque cuesta otorgarle una personalidad específica a la banda, más allá de la voz de Smith y del uso de sintetizadores combinados con las guitarras eléctricas, así como con un sonido épico que también es consustancial a las bandas en que se inspiran Editors.
El comienzo es para un tema inédito, «Frankenstein», una canción que funciona de forma muy eficaz, sonidos electrónicos, incesantes y con la voz de Smith en tono muy grave. Enlaza perfectamente con «Papillon» de su tercer disco, In This Light and on This Evening (2009), también electrónica y épica aunque aquí le añaden otro tono más dramático, siendo una de las mejores canciones de todo el recopilatorio. «Munich», de su debut, es un Pop Rock con tintes electrónicos, pegadiza y con una batería un tanto metalizada, pero que encajaba perfectamente en el momento de su aparición y que no ha envejecido nada mal. «Sugar» se va a The Weight of Your Love (2013), y aquí crean un medio tiempo en el que tiran de épica y dramatismo que puede tener alguna vinculación con U2, pero que se queda en un «quiero y no puedo». Lo mismo ocurre, pero más agudizado, con «Hallelujah (So Low)», de su último disco, más comercial aunque con un sonido de guitarras en algunos momentos muy potentes. En «An End Has a Start» de su segundo trabajo, el homónimo de 2007, se acercan a New Order y al Post Punk en la sección rítmica y en el uso de las guitarras, consiguiendo una canción más lograda. Por su parte, «Upside Down» es uno de los momentos más extraños del disco, canción nueva del recopilatorio que les lleva a un punto casi de «Boy Band» y que esta muy sobreproducida. «Bullets», de su primer disco, tampoco destaca demasiado, apuesta por la electrónica pero no acaba de convencernos.
La segunda parte del disco comienza con «Ocean of Night», de su quinto disco In Dream (2015), que se va a sonidos que aparecen en los últimos discos de Coldplay. Del mismo disco es «No Harm» es una canción intensa e intimista, aquí parecen haberse escuchado a Nick Cave & the Bad Seeds, aunque no alcanzan ese nivel. Con «Smokers Outside the Hospital Doors» parecen volver a tomar a Coldplay como referencia, es de su segundo disco así que entendemos que los Coldplay de los dos primeros discos, destacando un sonido de nuevo épico. A partir de aquí, el recopilatorio recupera el tono, y es que «A Ton of Love», del disco de 2013, retorna a la épica en clave U2. Para «Magazine», de su última entrega de 2018, parece que la referencia son Depeche Mode, electrónicos y épicos para una de las canciones más destacadas del disco. En «The Racing Rats», de 2007, el sonido sigue siendo electrónico y es uno de los temas más adictivos de todo el disco. «Black Gold», otra de las canciones nuevas, incide en la épica electrónica, también lograda aunque un escalón por debajo de otras del disco. Y el cierre es para la atmosférica y ambiental «Not Sound but the Wind» de su disco de 2010, con una instrumentación muy reducida, prácticamente basada en el piano, y con la voz de Smith en primer plano, y con esas reminiscencias a Cave.
Curioso este recopilatorio de Editors, una banda que está en segunda fila y que parece acumular influencias, aunque les faltarían algunos hits más contundentes, aunque el comienzo de este disco es bastante potente.