Transformados en sexteto tras la incorporación definitiva de Charlie Bautista a los teclados, llega el esperado tercer disco de la banda liderada por Ferran Pontón (guitarras) y Ricky Falkner (voz, bajo y guitarras), y es que sus trabajos suelen ser de cocción lenta aunque en esta ocasión hayan pasado tan solo dos años desde que presentaran ‘El hambre, el enfado y la respuesta. El dífícil segundo disco de Egon Soda’ (2013). Conformados y apoyados por prestigiosos músicos de amplio rodaje en la escena musical independiente barcelonesa, en este ‘Dadnos precipicios’ vuelven a dar en la diana combinando una enorme destreza instrumental con la cuidada lírica de Pontón, cultivado y extraño ejemplar en el panorama musical español.
Su propuesta musical sigue sostenida en el rock americano, con incursiones en el progresivo, y en el perfecto ensamblaje de una banda que parece haber decidido concentrar esfuerzos en este trabajo, anteponiendo este proyecto a otros que desarrollan sus miembros. A ello se añade la destacada interpretación vocal, digna del mejor rock urbano, de un Ricky Falkner al que no se le resiste ningún palo de la producción musical.
El disco se abre con la creciente intensidad de ‘El cielo es una costra’ y sus poderosas imágenes, a la que sigue el pop aguerrido de aires americanos de ‘La recuperación’. Más ecos de Neil Young en ‘Calibán & Co’ y sus versos rotundos antes de que se inicie en acústico ‘ Bueno, Averno’, que termina en fiesta folk. La electricidad y el rock ligero tiene dos excelentes muestras en ‘La manada’ y en ‘Delta y estuario’ alrededor del logrado blues que es ‘Escápula’. Enric Montefusco, de los desaparecidos Standstill, colabora magistralmente en ‘Roble inverso’, calmada y progresiva, a la que sigue el rock enérgico y urbano junto a Martí Perarnau (Mucho, Sunday Drivers) de ‘Reunión de pastores, ovejas muertas’ antes de que ‘Diluvio universal’ ponga un bonito y acústico broche.
Sin duda estamos ante una muestra de lo mejor y más consistente que puede ofrecer el rock actual en castellano; talento y energía a raudales en este proyecto que deseamos quede definitivamente afianzado y que, dados los excelentes resultados hasta la fecha, sería una pena quedara como algo alternativo en las carreras de sus componentes.