Finales de los ochenta del siglo XX, un escenario marcado por la irrupción de Guns N’ Roses que les quita parte del protagonismo a las bandas del Glam Metal o del «Hair Metal» o lo que sea. Pero, en ese contexto, en California había una escena diferente que se basaba en el mestizaje de sonidos que iban desde el Rock al Funk y que luego se beneficiarían de la llegada del Grunge y de la sacralización de lo alternativo. Allí estaban, obviamente, Red Hot Chili Peppers antes de ser un acontecimiento mainstream, o unos interesantes Fishbone, entre otros. Eran veteranos y, a ellos, se uniría un poco más adelante otro grupo, de los que nos ocupamos hoy en Los Restos del Concierto, Jane’s Addiction. Y es que Jane’s Addiction venían pisando fuerte desde su propio nombre y su debut discográfico sería en 1988 con el Nothing’s Shocking que nos ocupa y del que se cumplen tres décadas ni más ni menos. Liderados por un hiperactivo Perry Farrell, con esa forma de cantar tan peculiar, contaban también con un virtuoso guitarrista como Dave Navarro, mientras que la sección rítmica que grabaría este disco serían Eric Avery al bajo y Stephen Perkins a la batería, este último uno de los fundadores de la formación. Su debut, publicado por Warner, fue saludado muy de forma entusiasta por la crítica, su sonido era distinto porque eran eclécticos, pasaban sin problema de la Psicodelia al Funk pasando por el Rock y más, y también se dotaron de una importante visibilidad. Podían haber sido una de las bandas más importantes del comienzo de la siguiente década, y no bajaron la apuesta con su segundo trabajo, Ritual de lo Habitual (1990), pero…pero las tensiones internas de la banda por el consumo de drogas de Farrell y Perkins acabaron con la formación en 1991 cuando acababan de realizar la primera gira del Lollapalooza entre cuyos cofundadores estaba Farrell, siendo su despedida como formación. Pero, luego regresaremos a esta historia, primero toca hablar de su debut, un grandísimo disco y de gran influencia, Nothing’s Shocking.
«Up the Beach» da el comienzo, un tema muy ambiental y atmosférico con un toque psicodélico pero donde ya aparecen los riffs de guitarra de Navarro y que es prácticamente instrumental salvo por las letanías de Farrell. A continuación, «Ocean Size» es un trallazo muy potente con las guitarras de Navarro de nuevo en primer plano y con la batería de Perkins en destacando de nuevo. Y la calidad del disco sigue en lo más alto con «Had a Dad», donde comienzan con un punto más Funk para luego abrazar sonidos más del Rock duro, y en la que se demuestra de nuevo el virtusiosmo de Navarro, sin duda alguna uno de los guitarristas de la época. En «Ted, Just Admit It…» se van a más de los siete minutos en una de sus canciones más inquietantes, la letra es tremenda, siendo una canción río que va fluyendo y que deja un regusto extraño.
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Menos mal que luego le toca el turno a una de mis canciones favoritas de Jane’s Addiction, «Standing in the Shower…Thinking», un tema más festivo con toques Pop en donde la forma de cantar de Farrell es menos intensa. Pero en «Summertime Rolls» retornan al punto más psicodélico y ambiental, demostrando que su paleta de sonidos es muy amplia, siendo un tema que supera de nuevo los seis minutos. «Mountain Song» es una canción fantástica, contundente y dura, con épica y riffs marca de la casa de Dave Navarro, un sonido más clásico si se quiere. Y la fiesta sigue con el Funk, el bajo de Avery está perfecto, de «Idiots Rule» en la que participan Flea y Angelo Moore (Fishbone) a los vientos. Pero el giro de tuerca más inesperado del disco es la preciosa «Jane Says», un tema acústico que fue uno de sus principales éxitos. Tras el ligero interludio de «Thank You Boys», el disco se cierra con la también destacada «Pig’s in Zen», una canción con toques funkys y con el bajo de Avery de nuevo en lugar preeminente, pero el protagonismo vuelve a ser para un Dave Navarro que demuestra su categoría a las seis cuerdas.
Treinta años después, Nothing’s Shocking sigue siendo una barbaridad de disco. Un trabajo que igual hoy no se recuerda tanto porque Jane’s Addiction se separaron justo en 1991…mala suerte, su puesto igual lo ocuparon unos Red Hot Chili Peppers que publicarían ese año otro clásico, Blood Sugar Sex Magik, el resto de la historia es conocido. Jane’s Addiction alcanzarían otra categoría pero irían siendo olvidados mientras que Farrell montaba Porno for Pyros junto a Perkins, que alcanzaría dos discos reconocidos por la crítica, a la par que se mantenía como cabeza visible de Lollapalooza. Navarro, por su parte, no pararía tampoco y a punto estuvo de sustituir a Izzy Stradlin en Guns N’ Roses, lo que hubiese sido tremendo pero puede que Navarro intuyese que con Slash al lado su posición quedaría en un segundo plano. Con Avery formó la efímera banda Deconstruction y su momento llegó en 1993 al sustituir a un consumido John Frusciante en Red Hot Chili Peppers. Era una gran opción pero coincidió con el menor One Hot Minute (1995). Demasiado presión tras el éxito de Blood Sugar Sex Magik y en 1998 dejó la banda. Antes, en 1997, Jane’s Addiction a una primera reunión que supuso una gira de reencuentro aunque sin Avery que fue sustituido por Flea, aunque regresaría posteriormente. Sin embargo, Jane’s Addiction publicarían dos discos muy menores, Strays (2003) y The Great Escape Artist (2011) que no hacen justicia a su legado, dos discos que pasaron desapercibidos aunque han seguido haciendo conciertos. No cabe duda que Jane’s Addiction remiten a esos tiempos en los que lo alternativo, aunque recordemos que estaban en Warner desde el comienzo, ocupó un espacio prominente. Pero Jane’s Addiction parecen haberse quedado en un segundo plano cuando fueron una de las bandas más visionarias de su generación.