Puede que sea verdad que a Franz Ferdinand se ‘les pasó el arroz’ pero no cabe duda que algo queda. Y es que sólo hay que leer la diversidad de valoraciones que ha recibido su nuevo disco, Always Ascending, quinto trabajo de los escoceses con cambios en la formación incluidos, habiéndose convertido en quinteto tras la baja del guitarrista Nick McCarthy y la incorporación de Julian Corrie, que ha participado en la composición de los temas, y Dino Bardot. Junto a ellos, Alex Kapranos, Bob Hardy y Paul Thomson continúan con sus ritmos bailables aunque es cierto que hay menos espacio en este Always Ascending para esas guitarras y riffs característicos de sus inicios y más para los teclados y sintetizadores. Always Ascending no es un mal trabajo pero también es cierto que peca de algunos momentos irregulares y canciones que no acaban de funcionar, aunque a cambio también hay momentos gloriosos, y sí que es verdad que la melodía del ‘Take Me Out’ aparece de nuevo. Pero es un disco en el que también se observa algún punto más nostálgico y es que los años pasan para todos. Y es mejor disco que su predecesor, Right Thoughts, Right Words, Right Actions (2013), si nos olvidamos del experimento junto a Sparks que fue FFS (2015).
El comienzo ya te lanza arriba, ‘Always Ascending’ es un tema potente y discotequero, con ganas de seguir la fiesta, aunque al final les sale un tono un tanto barroco con ese teclado excesivo. Y la continuación no baja el tono, al contrario, gana con las escuchas, un ‘Lazy Boy’ más guitarrero y machacón y de nuevo con unos teclados ochenteros que se convierten en una constante en parte del disco. Luego llega el turno de un tema más pausado, ‘Paper Cages’, menos lograda y que ya no funciona tan bien, y lo mismo le ocurre con la invasiva ‘Finally’, donde las guitarras quedan en un segundo plano claramente. ‘The Academy Award’ es más nostálgica y con una melodía más oscura que también gana con las escuchas.
La segunda parte en conjunto baja el nivel, aunque tiene la mejor canción del disco. Si con ‘Lois Lane’ retornan a ese ritmo de teclados que no te suelta, ‘Huck and Jim’ resulta de lo más flojo de todo el conjunto, conjugando un tono épico al comienzo con una deriva irregular. Y ‘Glimpse of Love’ puede que sea un tema divertido, el teclado de nuevo es omnipresente, pero es una canción facilona. Claro que luego lo perdonas cuando llega todo un hit como ‘Feel the Love Go’, tremendo con un comienzo fantástico y un ritmo pegadizo, aunque la sombra de ‘Take Me Out’ es muy alargada, y la incorporación del saxofón es un gran acierto, habiendo algunos críticos visto la huella de Roxy Music. Una canción de las mejores de su repertorio que da paso al cierre, un insustancial ‘Slow Don’t Kill Me Slow’, donde Kapranos se pone excesivamente intenso.
Vale que los años 2004 y 2005, cuando publicaron sus dos primeros discos, no van a regresar, que luego se dejaron unos años por el camino, y que los años pesan, pero todavía mantienen un cierto pulso aunque también algunas lagunas. Eso sí, si me ponen en un bar ‘Feel the Love Go’, yo salgo a bailar.