A Josh Rouse le tenemos mucho cariño en este blog. Ya hemos contado en alguna ocasión cómo lo conocimos, allí en aquel lejano Azkena 2004; sus discos que nos han marcado, ese 1972 (2003) o el Nashville (2005); su posterior y más irregular evolución, aunque siempre con cosas destacables; y su regreso a su primera etapa con el soberbio The Happiness Waltz (2013). Por eso, y porque es Josh Rouse, estábamos expectantes con su nuevo trabajo The Embers of Time, un disco que sigue con la línea de The Happiness Waltz pero que no alcanza su brillantez, situándose en un notable. En The Embers of Time, Rouse profundiza en un sonido más maduro, con esa mezcla de estilos, que van del Folk al Pop, pasando por el Soul, el Country, etc. Rouse ha construido su trayectoria y transmite, como siempre, una sensación de autenticidad. The Embers of Time no entra tan fácilmente en las primeras escuchas, pero te va ganando, con una producción de nuevo a destacar a cargo de Brad Jones. Hay mucho espacio para lo acústico, pero también ganan presencia en relación a otros trabajos las cuerdas, la armónica y siguen estando presentes el pedal steel, las mandolinas, el acordeón, etc. Es decir, todos esos instrumentos que nos evocan a esa música de raíces norteamericanas.
Con el inicio ‘Some Days I’m Golden All Night’ la cosa promete, toques Folk y Country, muy animada, aunque luego desciende el nivel a las más pausadas, ‘Too Many Things On My Mind’, aunque la letra es interesante, y ‘New Young’, muy acústica. Sin embargo, ‘You Walked Through The Door’ es uno de los momentos más destacados del disco, de gran luminosidad, con ese ritmo de la guitarra acústica. ‘Time’ es una bonita canción, de nuevo con el Folk en primer plano y con el pedal steel dando su contrapunto. ‘Pheasant Feather’ marca uno de los momentos más nostálgicos del disco, un tema melancólico, donde participa a la voz la cantautora Jessie Baylin, otorgándole un punto más clasicista con la presencia de las cuerdas. Sigue por esa senda con la también sobresaliente ‘Coat For A Pillow’, un tema más acústico y casi desnudo. ‘JR Worried Blues’ tiene una letra devastadora, fruto de alguna crisis por la que estuviese pasando el bueno de Josh. Y otro de los momentos destacados del disco es ‘Ex-Pat Blues’, también intimista y acústica, luego remarcada de nuevo por las cuerdas, tan presentes en este disco, uno de esos temas en los que tan bien se mueve Rouse. El final, ‘Crystal Falls’, es una mirada al pasado, nostálgica y cruda, que no se corresponde con una música más festiva.
Josh Rouse y su The Embers of Time, esa mirada a las ‘brasas del tiempo’ con las que cierra el disco, un nuevo trabajo que nos reafirma en nuestra fe en Josh Rouse, uno de los cantautores más importantes de su generación, un tipo que ha elegido su camino y que lo tenemos cerca, reside en Valencia. Sólo nos queda que se acerque un día a tocar por estas tierras riojanas, nosotros tenemos apuntado ese deseo hace mucho tiempo.