Cuando uno echa la vista atrás, recuerda algunas canciones de su adolescencia que se convirtieron en Hits y que sonaban a todas horas. Una de ellas era ‘El límite’ de La Frontera. Aquella banda saltó a la popularidad gracias a esta canción y al disco Rosa de los vientos (1989), aunque para entonces ya tenían un número importante de seguidores, habiendo ganado el Villa de Madrid con ‘Duelo al sol’. Y es que Rosa de los vientos ya era su cuarto trabajo, donde incluirían también otro de sus temas más populares, ‘Juan Antonio Cortés’. Lo que me llamaba la atención de La Frontera era su sonido, muy del Rock norteamericano con sus influencias Country y Western, y su imagen e iconografía, especialmente por la poderosa presencia del propio Javier Andreu y de Toni Marmota. A La Frontera les pasó como a otras bandas, tuvieron su momento de popularidad y, a medida que los noventa fueron avanzando, quedaron relegados de las listas aunque han seguido publicando y girando sin parar, incluso en 2000 hicieron la canción de la selección española de fútbol para la Eurocopa de ese año, ‘No vuelvas sin ella’. Sin embargo, mucha gente pensará que La Frontera dejaron de existir, se quedaron incluso en ‘El límite’, cuando han estado en estas tierras hace bien poco.
Pues bien, José Miguel Carbonell, ‘Jimmy Oklahoma’, filólogo, músico (en la actualidad en Eli y los Revivalites) y crítico musical, ha regresado con el libro La Frontera. Canciones de amor viajando en el tiempo, que fue presentado en primicia en la tercera edición del Curso de Verano ‘Identidad y Música’ de la Universidad de La Rioja. Carbonell se lanza a un trabajo por un lado hercúleo y, por otro, de cirujano, al diseccionar el amplísimo cancionero de La Frontera desde el punto de vista filológico y literario. Es sin duda un trabajo obligatorio para los fans de la banda pero también abre una interesante vía en el análisis del significado de las canciones de unos artistas y en la forma de conectar toda una discografía a través de las temáticas más recurrentes y el contexto en el que se produjeron. Carbonell añade elementos autobiográficos, necesarios al comienzo para entender todo el proceso, pero no se detiene mucho en la historia del grupo, hecho también comprensible porque sería incluso quedarse en la superficie en relación al objetivo de su trabajo. Con el peso compositivo cayendo fundamentalmente en el lado de Javier Andreu, del que también tiene en consideración su único disco en solitario, Carbonell hace una selección exhaustiva donde destacan como temas el paso del tiempo y el amor, sin olvidar otros elementos que pueden estar más vinculados a la imagen de la banda, como por ejemplo la temática vaquera, la bebida y el juego o las canciones de personajes y lugares.
Un libro muy recomendable que profundiza en aspectos que, en no pocas ocasiones, dejamos de lado. Una obra exhaustiva y completa que te permite comprender a una banda como La Frontera, así como la historia de las canciones. Y que también nos lleva a nuestra adolescencia y juventud, cuando cantábamos ‘El límite’, ‘Judas el miserable’, ‘Pobre tahúr’ o ‘Juan Antonio Cortés’, entre otras.