Hay que remontarse ya a hace un cuarto de siglo, un cuarto de siglo, para uno de los discos que más irrumpieron en la década de los 90 y a una artista que se quedó a medio camino. Y es que Jagged Little Pill de Alanis Morissette estaba en el lugar y en el momento adecuado, que se dice. Hay gente a la que le ocurre lo contrario, pero a Morissette le pasó lo contrario. Vayamos por el comienzo, el contexto. Recordemos que el mundo de la música se había revolucionado en la primera mitad de los 90 con la visibilidad del Grungre y un proceso de «mainstreamización» de toda la etiqueta «alternativo/indie/undeground». Muchos grupos y artistas pasaron a primera línea cuando no habían tenido esas oportunidades. Sin embargo, fue un fenómeno que contó con una menor presencia femenina, a pesar de movimientos como el «riot grrrl», bandas como Bikini Kill, Sleater-Kinney, en otro orden L7 y Babes in Toyland, o Tori Amos, Liz Phair, etc. Y, desde el otro lado del Atlántico, emergería PJ Harvey. Sin duda alguna, no hay que olvidar a nombres como Kim Deal (Pixies) y sus The Breaders, y por conexión Belly con Tanya Donelly y Throwing Muses, y a Kim Gordon (Sonic Youth). De esta forma, en 1995 se produjo un nuevo movimiento que puso en comenzó a poner en valor a mujeres que iban a ser una parte de los movimientos a los que daría el paso el Grunge. La figura más emergente, a nivel comercial, fue Sheryl Crow, que obtuvo un gran éxito con su disco de debut en 1995, Tuesday Music Night Club que había publicado en 1993. En esa estela, Morissette emergió desde el sello de Madonna, Maverick. Pero Alanis Morissette no era una recién llegada, al contrario, tenía una carrera en Canadá que ya había facturado dos discos escorados al Pop. Con una voz destacadísima, muy de mezzosoprano, Morissette captó la atención del productor Glen Ballard que había trabajado con Wilson Philips, Paula Abdul, pero también con Michael Jackson. Morissette se encumbró con un tercer disco, Jagged Little Pill, que iba a romper en los comienzos del verano de 1995 con una canción y un vídeo, omnipresente, como era «You Oughta Know».
Su voz y unas guitarras que determinaban un sonido característico aparecían ya en el comienzo del disco con «All I Really Want», pero el impacto crecía con un «You Oughta Know» poderosa y que transmitía fuerza y rabia, un hit instantáneo en el que colaboraron Dave Navarra, Flea y Benmont Tench (Tom Petty & the Heartbreakers), también presente en otras canciones del disco. Con esta carta de presentación, «Perfect» era más convencional aunque muy interesante, ese comienzo con la acústica daba paso a un tema preciosista y emocionante. Otro hit fue «Hand in My Pocket», que cuenta con un sonido metalizado, le da protagonismo a la armónica aunque es la voz de Morissette la que se lleva el centro de atención. «Right Through You» parte de un esquema parecido y crece con las guitarras mientras que «Forgiven» apuesta más por la épica y un cierto tono dramático. «You Learn» es un tema Pop maravilloso con esa melodía y las guitarras distorsionadas.
En cuanto a la segunda parte, baja el nivel aunque te encuentras canciones que quedaron eclipsadas por las más conocidas. «Head Over Feet» fue single aunque menos relevante que los anteriores y en los que se vuelve hacia el Pop. «Ironic» fue otro de los éxitos de Jagged Little Pill, una canción que pasa de la acústica a la eléctrica y a la que no le acabé de pillar el tono, aunque es posible que fuese por su sobre exposición. En «Not the Doctor» Morissette demuestra de nuevo su fortaleza vocal y vuelve a darle un sonido de guitarras. Cierra con «Wake Up», más ecléctica y con tonos electrónicos, por ejemplo en la batería, y escondida aparece «You Oughta Know», nueva mezcla firmada por Jimmy the Saint, y «Your House» en la que canta a capela.
Alanis Morissette logró vender más de treinta y tres millones de discos, casi nada, y encabezó un movimiento de mujeres en el mundo del Rock y sus aledaños junto a Sheryl Crow, aquí fuimos más de Crow, Meredith Brooks, Jewel, etc. Parecía que Morissette lo tenía todo para comerse la segunda década de los noventa pero su siguiente paso, Supposed Former Infatuation Junkie (1998) no despegó. Bueno, vendió ocho millones de discos, cifra nada desdeñable pero en comparación con el anterior. Igual el primer single no era lo que se esperaba, a mí «Thank You» me dejó muy frío. Obviamente, la expectación era tan alta que el disco se colocó número 1, pero…Luego llegó un MTV Unplugged (1999) pero las ventas se irían resintiendo en las siguientes entregas. Under Rug Swept (2002) fue también número 1 de salida, y «Hands Clean» era un buen single, pero se había cambiado el rumbo. Lo mismo le pasó a Sheryl Crow. No ha dejado de publicar discos y sacará su noveno trabajo este año, pero la historia y el rumbo de Alanis Morissette ha sido complejo. Seguramente, el peso de Jagged Little Pill fuese una losa importante, seguramente también le preguntarían muchas veces por un nuevo Jagged Little Pill. Eso sí, pocos artistas pueden mostrar en su carrera un disco de ese impacto, del que han pasado veinticinco años.