Con un título tan poético y con una portada tan explícita se presenta el tercer disco de los burgaleses La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.), que sucede a su recomendable ¿Quién nos va a Salvar? (2013), un disco que disfrutamos y ya hemos señalado en festivales en 2014 como el BBK Live de Bilbao o el BIME de Barakaldo. Nos los perdimos en su cita en Logroño, pero nos tenían ganados gracias a sus directos y a canciones tan potentes como ‘Los Hijos de Johnny Cash’, ‘Nómadas’, ‘1932’ o ‘¿Quién nos va a salvar?’. Su música, que recordaba a The Pogues, y sin olvidar a The Clash, pero que tenía muchas cosas más, junto a la presencia acordeón, saxofón, banjos, mandolinas, cuerdas, guitarras acústicas, etc., era adictiva y sus letras tenían un mensaje muy explícito. Corrían el riesgo La M.O.D.A de querer repetir la fórmula, algo legítimo, pero no, con La Primavera del Invierno no han dejado sus señas de identidad pero han dado algunos pasos al frente. Es de nuevo un disco corto, no llega a los 30 minutos, pero con letras más oscuras, que miran de frente a la realidad, y con nuevos matices musicales. Hay también algunos temas para corear en sus conciertos, que harán las delicias del público más festivo, pero hay otros momentos más introspectivos. Y todo ello con la voz rasgada de David Ruiz, otra de sus señas de identidad, que le da todavía si cabe una mayor fuerza a las letras de este disco.
El inicio con la brevísima y oscura ‘Nubes Negras’ ya nos señala el camino de este trabajo, con un cello impresionante, produciéndose un puente a través del banjo en la sobresaliente ‘Miles Davies’, que es un reflejo de lo trufado que está este disco de referencias musicales y literarias. ‘Miles Davies’ es un medio tiempo que explota, con algunos versos muy atractivos. ‘Amaneceres’ deriva más al rock, y seguro que es de las canciones más coreadas en sus conciertos gracias a esos ‘ooooos» que incorpora, y a pesar de ello cuenta con otra letra a considerar. En ‘PRMVR’ encontramos otro de los mejores momentos del disco, con la colaboración a las voces en euskera de Gorka Urbizu (Berri Txarrak), siendo un tema más festivo. La oscuridad vuelve con ‘Disolutos’, donde destaca la voz de Ruiz, que aquí sube todavía más.
Pero, sin duda, mi momento favorito del disco es ‘Hay un Fuergo’, canción de diez, con la colaboración de María Rodés, un tema caracterizado por la melancolía y por esa esperanza que se esconde tras la oscuridad, una letra que pone los pelos de punta, y que tendría que estar entre las mejores del año de este país. Canción dura pero maravillosa. En ‘Flores del Mal’, ese Baudelaire, tiene una gran presencia el pedal steel, con un toque más country, y otro tema que seguro que se salen en directo será ‘Los Lobos’, letra muy dura en un tema que parece sacado de los Apalaches. ‘Catedrales’ tiene un punto más pop, hay referencias a Nick Drake, y gana con las escuchas. El final llega con ‘Rascacielos’, canción lenta, casi acústica.
Siguen autoeditándose, siguen en la independencia, y realizando trabajos como este brillante La Primavera del Invierno llegarán cantos de sirena de las grandes discográficas, pero ellos ya han señalado en algunas entrevistas que siguen por este camino. Nosotros ya estamos deseando volver a verlos en directo, mientras nos seguimos emocionando con canciones como ‘Hay un Fuego’: