Lee Fields & The Expressions han regresado con un nuevo disco bajo el brazo, It Rains Love, continuación de su notable Special Night (2017). Fields se ha quedado solo prácticamente en la primera línea de ese Soul «vintage» que protagonizaron especialmente Sharon Jones con sus Dap Kings y Charles Bradley. Del fallecimiento de Jones y Bradley, y de sus discos, hemos hablado largo y tendido en este blog. Somos muy del Soul clásico, ya lo sabéis, y la moda que puso en el mapa Amy Winehouse ha dado lugar a grandes nombres. La ceniciénticas historias de Jones y Bradley, el sello Daptone Records, la transformación de Nathaniel Rateliff & The Night Sweats, y el propio Fields. También hay espacio para historias más heterodoxas, de Leon Bridges a Alabama Shakes, pasando por propuestas en el límite como la de Nick Waterhouse. Sonidos cocinados con voces potentes, secciones de viento poderosas, coros sensuales, etc., han dado lugar a grandes discos esta última década y media. Sus críticos suelen señalar que no aportan nada, que se limitan a repetir patrones de antaño, que es un revival. Vale, pues de acuerdo, pero tampoco creo que pretendan hacer otra cosa, canciones con ese sabor del Soul clásico, con ribetes Funk setenteros, con reminiscencias a Motown, Stax, sonido Philadelphia, etc. Como decíamos, Lee Fields regresa con sus Expressions para darnos otra receta de esa música maravillosa que es el Soul. No inventa la rueda, el disco puede sonar monotemático por momentos, pero no es menos cierto que te deja un sabor fantástico.
El comienzo es para la gran «It Rains Love», una canción canónica con la voz de Fields brillando, como en todo el disco, junto con la contundencia del bajo y unos vientos que marcan la pauta. En «Blessed with the Best» sigue en la misma línea (si algo funciona, ¿para qué vas a cambiarlo?), aquí con un ritmo más sincopado a cargo de la sección rítmica y con unos vientos de fondo. «Two Faces» muestran unos coros protagonistas y «You’re What’s Needed in My Life» se acerca al medio tiempo pero sin llegar a serlo, Fields frasea por momentos y luego acelera en intensidad. En «Wake Up» otorga protagonismo a la percusión del comienzo pero luego entra un punto más melódico y también una sección de cuerdas. «Will I Get Off Easy» es una balada potente, con toda la carnosidad del Soul clásico.
La segunda parte comienza con un «Love Prisioner» que en su comienzo parece dirigirse al Funk más setentero pero luego lo lleva hacia el Soul. Sin embargo, en «A Promise Is a Promise» se mantiene en la primera línea, aprovechando la fuerza de la percusión. «God Is Real» es la canción más heterodoxa del disco, tiene una cierta cadencia Reggae y se apoya fundamentalmente en el órgano y la percusión, aunque luego van entrando otros elementos, aunque en cierto sentido se queda a medio camino. No ocurre lo mismo con «Love Is the Answer», una balada que recoge todos los elementos del género, aunque su letra se queda muy reducida para un mensaje claro, pero con una banda en plena forma. El cierre es para una emocional e intensa «Don’t Give Up», Fields se desgañita en una canción que se apoya en la sección de cuerdas para dar entrada posteriormente a los vientos.
A mí, personalmente, que me den más discos como los que hacen Lee Fields & The Expressions porque siempre te alegran el día. El Soul tiene que estar ahí siempre, llevar su llama es complicado pero va pasando el testigo de generación en generación y de artistas en artistas. Amy Winehouse se fue muy pronto, la vida fue muy cruel con Sharon Jones y Charles Bradley, pero nos queda gente con Lee Fields & The Expressions.