¡Paren las máquinas! Atentos al recomendable disco que se ha marcado este joven de Atlanta (Georgia) titulado Coming Home, publicado por Columbia. Un disco que desde la música hasta la estética nos remite a la época dorada del Soul de los 60 y más concretamente al gran Sam Cooke. Antes de su edición, la crítica ya estaba rendida a sus pies, presentándolo como la gran sensación de la temporada en lo que a la música Soul hacía referencia. No cabe duda que nos hemos desplazado en el tiempo hacia esos 60 con una música y una estética que destila este disco. Ese Leon Bridges, con su ropa retro, su figura estilizada, y su voz; esa portada, que le sienta como un guante…Y quedan las canciones, grandes temas que no decaen, bajo la composición de Todd Bridges (que no es otro que el propio Leon Bridges), Austin Jenkins, Josh Block y Chris Vivion, con una producción sobria y acertada de Niles City Sound.
El inicio lo marca un medio tiempo Soul muy de los 60, ‘Coming Home’, que te introduce en el disco casi sin darte cuenta para llegar a la festiva y sobresaliente, de mis favoritas, ‘Better Man’, un pedazo de canción con el saxo dándolo todo y el Hammond como contrapunto. A continuación llega el toque más Jazz con ‘Brown Skin Girl’, aunque remonta el vuelo con la genial ‘Smooth Sailin», un tema para bailar. El disco también tiene su punto Góspel, y un ejemplo de ello es la notable ‘Shine’.
‘Lisa Sawyer’ es uno de los temas que más gana con las escuchas, una canción de una delicadeza extrema, con la voz de Bridges sobresaliente, en algunas ocasiones frasea, con esos coros femeninos, y ese saxofón que le da un toque muy ‘cool’ a la canción. ‘Flowers’ nos devuelve a un tempo más dinámico, con la sección rítmica marcándolo y los coros y la sección de viento dotando de personalidad a un tema de lo más juguetón. Otro tema que nos remite a los 60 de forma más explícita es la balada ‘Pull Away’, una canción directamente vinculada a Sam Cooke. ‘Twistin & Groovin» queda un poco por debajo del resto, para finalizar con una ‘River’ apoteósica y espiritual, ligada de nuevo al Góspel, con Bridges a la guitarra acústica y acompañado únicamente por un coro, en lo que es uno de los momentos más emocionantes de todo el disco.
Tendremos que ver qué ocurre con Leon Bridges, si se convierte en un ‘hype’ más o si su carrera tiene recorrido. Podríamos apostar por lo segundo, ya que este disco de debut es una joya para este 2015, un trabajo que seguramente estará entre las novedades más destacadas del año. Nosotros vamos a seguir disfrutándolo una y otra vez y el Soul sigue dándonos alegrías, y que no decaiga.