Lo confieso: tenía miedo a este disco. Era un temor subjetivo, irracional, personal. Cuando comenzaron a surgir noticias de la grabación del mismo, me ilusioné, no en vano «1999» era ya de 2009. Pero, al colgarse las primeras canciones en la red no quise ni escucharlas. Además, cuando dijeron que era un disco doble pensé que estos tíos eran unos valientes, o unos temerarios, o las dos cosas. El listón estaba muy alto con los discos anteriores y más con «1999», un disco sin duda que puede catalogarse de generacional.
En diversas entrevistas, Lofe Of Lesbian (LOL) han señalado que buscaban hacer un disco más festivo que también recordarse a una noche que no termina, además de estar mediatizado por estos tres últimos años extenuantes en sus vidas. En este sentido, LOL no se bajan de los discos conceptuales, una excepción que aquí apreciamos. También resulta claro que la tentación de no abandonar 1999 era muy elevada. Pero es consecuencia de los tiempos y las épocas que nos han tocado vivir. LOL son un grupo melancólico que, en ocasiones, lo disfrazan de cierto gamberrismo e ironía. También se acusa a LOL de ser una banda naif o banal. Creo que no. Y este disco acaba siendo una muestra de ello. A fin de cuentas, LOL representan a la generación que somos, la que vivió de las promesas no cumplidas, de las estaciones que no llegaron, en definitiva de esa «noche eterna» que pensamos que podía ser nuestra vida y de esos «días no vividos» que nos fueron prometidos. Y LOL toman conciencia de ello, ya lo hacían en sus anteriores discos. LOL se convierten en cronistas de la postmodernidad y de los sentimientos de varias generaciones. En este sentido, el diseño del disco es soberbio, es un mensaje muy claro, especialmente con esas fotos de un urbanismo tan insustancial pero tan profundo, tan uniforme pero que encierra un mensaje trágico.
Había que dejar la tentación de buscar en sus canciones el nuevo «Club de fans de Jon Boy» o «Incendios de nieve», seguro que muchos fans se han sentido un poco defraudados. Pero estamos ante un disco, doble, que crece en cada escucha y que se caracteriza musicalmente por un pop rock que va desde partes más electrónicas a otras más rockeras. Hay canciones redondas, y hay unas letras dignas de seguir e interpretar, algunas no son posibles. «La noche eterna» abre el disco del mismo título, una canción épica que crece en intensidad, siguiendo la línea de los comienzos de los discos anteriores. Pero el primer impacto llega con «Los seres únicos», un ejemplo de lo que la publicidad y los medios han hecho con nuestras vidas. Una gran letra, de las mejores de disco, y unos versos ya para la historia de LOL: «Y a veces pienso que en el mundo real, hay tres bandos, los unos que viven y otros que lo intentan. Los terceros…solo sueñan». A continuación, una discotequera «Si tú me dices Ben, yo digo Affleck», con otra letra impagable que muchos podrían firmar.
«Nada» es una preciosa y melancólica canción con versos tan impagables como «si en mi generación el ‘para siempre’ es ‘casi’ y en ‘nada’ se quedó». Un ejemplo de los tiempos y habrá que preguntarle a Santi Balmes por los últimos versos, que no acabamos de descifrar. «Belice», «Pizzigatos», «667» y «Cínicamente muertos» inciden en la nostalgia de esas noches y están muy vinculadas a las relaciones personales. Musicalmente, «Pizzigatos» es una de las más aceleradas del disco, al igual que «667». Se cierra «La noche eterna» con «Oniria e insomia», también melancólica y de letra críptica, pero muy vinculada a la temática de las canciones anteriores.
«Los días no vividos» es más reividicativo y en él tiene más presencia la situación general y los sentimientos que se pueden estar desarrollando en generaciones como las nuestras. Se inicia el disco con la springstiniana (apreciación de Javi) «Nada por las calles», desde la perspectiva musical una de nuestras favoritas. Le sigue «El hambre invisible», otra gran canción, y «Wio, antenas y pijamas», que a mí me deja algo frío, aunque su letra es para estudiarla. Y llegamos a una de las mejores canciones de los dos discos: «Si salimos de esta». Con una melancolía optimista, y jugando con lo personal y lo general, tiene una letra muy motivadora con un gran inicio: «Si salimos de esta, te juro que no haré ni un gesto de satisfacción, bastante duro ya ha sido, como para darle encima la satisfacción» (sencillamente, en mi opinión, genial). En «Los días no vividos» se regresa claramente a la nostalgia y la melancolía general. Y «Radio Himalaya» es una canción «gamberra» pero con otra letra bastante explícita en relación con la situación general: «El sistema te petó en la cara, justo cuando tú ingresabas».
Y termina la función con mi gran debilidad (es una apreciación subjetiva como todo lo anterior): «Los toros en la Wii (Fantástico)». Este tema sintetiza todo el disco, tanto musicalmente como en su extensa y diversa, pero estructurada y cohesionada letra. El grito de «Fantástico…» se convertirá en un clásico en sus conciertos, no tengo dudas. Y resume en una estrofa una sensación: «Sí. Somos alguien, algo dispersos, vulnerables. Somos reverso o la imagen de un universo inestable».
Cronistas de la postmodernidad urbana melancólica, LOL vuelven a conseguir el más difícil todavía, mantener el elevado nivel. Han llegado al número 1 en su primera semana, claramente otro indicio de los tiempos y cómo se vende la música en España. Pero lo celebramos, como hacemos este disco y que estos cinco tipos sigan siendo fieles a sí mismo, por lo menos así lo demuestran en las entrevistas.