Dos años después de ejercitar con éxito su vertiente más folk, con la inestimable ayuda de Jeff Tweedy, en el magnífico ‘The Invisible Way’, el trío de Minnesota presenta su decimoprimer trabajo de estudio en el que, lejos de experimentar, recupera texturas electrónicas y bases de rock clásico, que no por relajadas son menos contundentes. La lenta cadencia de sus canciones junto con las intensas interpretaciones vocales, tanto de Alan Sparhawk como de una Mimi Parker cuya voz es capaz de transmitir una cantidad de emociones difícil de discernir, siguen caracterizando sus composiciones.
‘Ones & Sixes’ suena limpio y destaca por la concrección de sus contados elementos, insistiendo en el minimalismo que, por diferentes medios, han practicado siempre. La aparente sencillez y austeridad de sus composiciones da aún más valor a su gran expresividad, si bien en este disco incluyen algunos temas en los que se pueden adivinar ligeros elementos pop. No es el caso de la apertura del disco que en Gentle reafirma de inicio su identidad electrónica antes de un profundo y emocionante final, en la guitarra protagonista de la destacada No comprende o en Spanish Translation, centrada en la voz de Sparhawk y con un potente estribillo.
En Congregation e Into You bajan las revoluciones y brilla la voz de Mimi Parker, entre medio el conjunto respira con los aires funk del bajo en No End, algo más ligera, y el logrado dream-pop de la preciosa What Part Of Me con un bonito juego de voces, al igual que en la sugerente Kid In The Corner. The Innocents es la pieza más redonda, sustentada en unas bases oscuras y una contundente guitarra, al igual que Lies, que también contiene unas potentes bases rítmicas y se acerca más al clasicismo pop. Landslide es la canción más dura y tenebrosa y su poderoso inicio te arrastra hacia una larga y ascendente culminación instrumental, antes del cierre del disco con su sonido más reconocible, de interrumpidas y reverberantes percusiones entre unas sencillas guitarras en DJ.
Low vuelven a hacerlo sin necesidad de sorprender, como han hecho en otras ocasiones, sino reincidiendo en sus austeros pero fructíferos recursos para crear un trabajo mayor, quizá más inmediato que otros pero igualmente inspirado e inspirador, extrañamente cálido y oscuro, que nos recuerda la enorme riqueza expresiva de la sencillez.