El mundo del R&B, Soul, Hip Hop, etc., protagonizado por cantantes femeninas es fascinante. En algunas ocasiones ya nos hemos referido al mismo, además de reconocer el talento y la obra de numerosas de ellas. Teniendo en cuenta que la cima del mismo está en Aretha Franklin, la vara de medir es tremenda. Además, no cabe duda que es uno de los géneros en donde más permeabilidad a los sonidos e influencias de la época se dejan notar: del Funk al Disco, pasando por el R&B de los ochenta, el Rap y el Hip Hop, la electrónica y el Dance del siglo XXI, el Trap y los sonidos latinos. Al final, la categoría R&B es tan amplia y funciona en no pocas ocasiones como un «cajón de sastre». De Franklin en adelante, son tantas las cantantes que han tenido su momento que la lista es inabarcable. Los ochenta vieron la eclosión de Whitney Houston, Mariah Carey arrasó con el cambio de década y los noventa supusieron la llegada de una generación de oro: Mary J. Bigle, Toni Braxton, Erykah Badu, Lauryn Hill…El cambio de siglo no decepcionó con Macy Gray, Alicia Keys y la consolidación de una Beyoncé que ya venía empujando desde la segunda mitad de la década de los noventa con Destiny’s Child, dejando en un segundo plano a grupos como En Vogue, sin olvidar a las TLC de los noventa. Luego, llegaría Rihanna pero Amy Winehouse recuperaría el Soul más clásico. La lista puede seguir, y por el camino se han quedado muchas voces femeninas. Pero, una de las constantes ha sido cómo, salvando excepciones, muchas artistas no lograron mantenerse arriba. Beyoncé, la más lista de la clase, se ha consolidado como una de las artistas del Pop mundial de referencia de las dos últimas décadas, mientras que Alicia Keys se ha mantenido en un discreto segundo plano pero sin cesar en su carrera. Por el contrario, Braxton y Bigle han estado más sujetas a vaivenes. Aunque las que se llevan la palma son Badu, Hill y Gray. La primera, ha mantenido un perfil bajo tras despuntar con grandes discos. De Hill ya hemos hablado, The Miseducation of Lauryn Hill (1998) es tan canónico que su errática carrera, se sigue esperando su nuevo disco desde 2002…Y Gray, que ha seguido publicando discos, puede emparentarse con esta última en ciertas decisiones. Nos toca ocuparnos de Macy Gray, de una artista que podría haber dado un salto más amplio con tres primeros discos que fueron una barbaridad. Debutó con fuerza con ventas millonarias con Oh How Life Is (1999) y canciones tremendas como «I Try». Luego llegaría el que nos ocupa, The Id (2001) que es mejor disco pero con menos repercusión. Y, el tercer disco de Gray, The Trouble with Being Myself (2003) me parece un excelente disco aunque ya su estrella comercial comenzaba a descender. Con una voz particular, era un R&B moderno pero que hundía sus raíces en el Soul y en los sonidos más setenteros, Macy Gray parecía destinada a ir más lejos, pero… Vamos con The Id, una bomba.
Comienza con «Relating to A Psychopath», una canción de R&B con un punto Soul y Funk que también se adentra en una psicodelia fantástica, una canción tremenda para comenzar que da paso a una «Boo», una de las canciones más relevantes del disco. Aquí tira de clase y sensualidad con su timbre de voz característico. «Sexual Revolution» es impresionante, una canción que levanta cualquier sitio, una maravilla con un Soul muy Funky y con un punto Disco que te pone a bailar. En «Hey Young World Part 2» colabora Slick Rick y tiene un punto más experimental aunque remite claramente a la música de los setenta. «Sweet Baby» es una excelsa balada R&B con la colaboración de otra artista icónica como Erykah Badu, una producción también espectacular con la orquestación de la cuerdas. En «Harry» entra en un sonido más Funk y con un órgano muy destacado. La primera parte se cierra con la más experimental, tiene un punto jazzístico con esos vientos, como es «Gimme All Your Lovin’ or I Will Kill You», no decimos nada del título…
La segunda parte se inicia con una más pausada «Don’t Come Around», con Sunshine Anderson, que es una canción más del Soul clásico. En «My Nutmeg Phatasy» sigue con el Soul pero entran de nuevo sonidos Funk, aquí colaboran Angie Stone y Mos Def. «Freak Like Me» es un medio tiempo Soul en el que se mantiene en esa exploración de tonos más clásicos, incorporando un sonido creciente. «Oblivion» recupera el tono festivo y la banda de vientos le otorga un punto como de Nueva Orleans. La sensualidad regresa con el medio tiempo que es «Forgiveness», canción notable para cerrar, descontando «Blowin’ Up Your Speakers» que es un añadido corto y ruidista.
Este disco puso a Macy Gray en lo más alto en un momento en el que Lauryn Hill iniciaba otro camino, Beyoncé estaba preparando su salto desde Destiny’s Child, y haría su aparición ese mismo 2001 Alicia Keys. Luego, llegaría en 2003 el sobresaliente también The Trouble with Being Myself, que algo querría decir. A partir de entonces, cuatro años sin publicar disco, Big es de 2007, y una carrera cada vez menos visible, que no quiere decir que haya desaparecido, pero no es menos cierto que también aparecían noticias sobre conciertos erráticos y demás. Una pena que Macy Gray no confirmase unas expectativas tan interesantes, las cuales se fueron diluyendo. Pero, ahí quedan discos inmensos.