Las novedades se nos acumulan en Los Restos del Concierto, y lo que queda, pero sin duda este Livin’ on a High Note de Mavis Staples pasa por ser una de las más destacadas de estos meses. La veterana cantante de Soul de Chicago, setenta y seis años, ha regresado con un trabajo luminoso y brillante, una delicia. La extensa historia de Mavis Staples nos lleva hasta el grupo familiar The Staples Singers, icónica banda de Soul, R&B y Góspel, liderada por el patriarca familiar Pops Staples, y en la que formaban parte sus hijos e hijas, entre ellas Mavis. Durante los sesenta y setenta destacaron como una de las bandas más reivindicativas de los derechos civiles, cosechando importantes éxitos. Mavis fue publicando en esas décadas algunos discos en solitario y colaboraciones, por ejemplo con Curtis Mayfield, y a finales de los ochenta y principios de los noventa fue producida en dos discos por Prince. Pero su reconocimiento se ampliaría con el disco de 2004 Have a Little Faith, seguido en 2007 por el We’ll Never Turn Back que produjo Ry Cooder. Dos discos que tendrían su continuación con el excepcional You Are Not Alone en 2010 y el notable One True Vine (2012), ambos con Jeff Tweedy (Wilco) a los mandos, haciendo una producción muy contenida. A Tweedy le sustituye en este Livin’ on a High Note otro peso pesado del indie, M. Ward, que también realiza una producción sencilla, y que toca en todos los temas, al servicio de la voz de Mavis Staples, de su intensidad y con unos temas firmados por destacados nombres de la música actual. El resultado, muy recomendable.
Benjamin Booker, una de las revelaciones de 2014 que ya comentamos aquí, firma un vibrante ‘Take Us Back’, una carta de presentación más dura y con una sección rítmica que se impone. Ben Harper aporta el sobresaliente ‘Love and Trust’, en la línea Folk al inicio de Harper pero que luego despega a esa espiritualidad a la que también nos tiene acostumbrados y que, en la voz de Mavis, suena muy potente. Muy emotivo es el medio tiempo ‘If It’s a Light’ de Charity Rose Thielen, una delicia de nuevo espiritual. ‘Action’ es otro de los momentos destacados del disco, una canción que nos lleva a los setenta, un Soul con un toque Funk, ese bajo, firmado por Merrill Garbus (Tune-Yards). Y el nivel se mantiene con el vibrante ‘High Note’ de Valerie June, una canción que transmite mucha emoción. La primera parte del disco la cierra uno de los dos temas de M. Ward, ‘Don’t Cry’, con esos coros y esa sección de viento.
‘Tomorrow’, de Aloe Blac y Jon Batiste, sigue con esa línea Soul con de nuevo la sección de viento destacando. Justin Vernon (Bon Iver) aporta ‘Dedicated’, un tema que al inicio es de los más diferentes de todo el disco, un medio tiempo que Staples lo lleva a su terreno a medida que avanza. ‘History, Now’ supone un regreso al terreno más espiritual en una canción compuesta por Neko Case, Laura Veirs y el veterano Donny Gerrard, que acompaña a Staples en este tema, y que también participa en los coros en otros cortes del disco, siendo una de las canciones que crecen con las escuchas. Más desnuda, sólo se acompaña de la guitarra de M. Ward y de los coros, es ‘One Love’ de Aaron Livingston (Son Little), a la que le sigue la intensísima ‘Jesus, Lay Down Beside Me’ del gran Nick Cave. El final es para la acústica ‘MLK Song’ de M. Ward, en la que la voz de Mavis prácticamente frasea, y que es un gran broche para uno de los discos del año hasta la fecha.
Con esta nómina de compositores, la labor de M. Ward a la producción y el talento interpretativo de Mavis Staples, el resultado es un disco que no puede dejar de escucharse, emocionante e intenso.